Alperovich, cada vez más cercado

Por tercera vez, la fiscalía le reclama al juez la indagatoria.

Por Gastón Dufour

El ex senador José Alperovich ya no tiene el paraguas de los fueros que lo protegieran de la indagatoria en la causa en la que se lo acusa de abuso sexual simple por dos hechos ocurridos en su provincia de pertenencia más otros seis que habrían ocurrido en CABA. Sin embargo, el político, que además de legislador ha sido gobernador de la provincia de Tucumán por el Frente de todos pide se someta a la víctima a nuevas pericias.

Lo cierto es que para los fiscales existe una cantidad de pruebas abrumadoras, empezando por los hechos de los que se le acusan en contra de su sobrina, ocurridos en 2017 y 2018, algunos en un departamento en Puerto Madero y otros en Tucumán. En su momento la Justicia determinó que la causa se resuelva en el ámbito de la Capital Federal. 

Como no se puede tomar ninguna medida hasta tanto el acusado no responda las preguntas que pretende realizar la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°10 de la Capital Federal, a cargo de Santiago Vismara, y que también fue solicitada  por la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), a cargo de Mariela Labozzetta, es de esperar que el juez  Osvaldo Rappa  acceda a dar el visto bueno a la realización de la indagatoria. 

Pocos espacios se han expedido públicamente en este caso, como sí han hecho con otros de igual resonancia y en el que, como en este, se revictimiza a la mujer abusada. No hace falta detallar el agravamiento que significa que la denunciante sea parienta del acusado, además de su subordinada, lo que implica claramente una relación de poder desigual.

Otra llamativa falta de condena resultó ser la del Senado, que en ningún momento emitió juicio alguno fuera del exclusivamente protocolar y simplemente se limitó a darle licencia hasta que finalmente decidieron soltarle (un poco) la mano, pero sin expresarse de manera alguna sobre el uso violento del poder en plan de abuso sexual. Al contrario, se colocó al margen mientras uno de sus integrantes se mantenía impune y protegido eludiendo dar respuestas a la justicia respecto de un  delito gravísimo de las características descriptas.

Lo natural es que en breve el juez tome las decisiones que claramente corresponden y que muy seguramente tomaría sin dudar y con presteza en un caso de similares características, con un acusado que no goce de los beneficios de pertenecer a la clase política para la que, parece, todo está permitido. 

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