Antonio Caló deja de ser el secretario general de la UOM

Se encontraba al frente del sindicato desde 2004.

Por Gastón Dufour

Todo parecía salir a pedir de boca para Antonio Caló, el representante de los trabajadores metalúrgicos, pero a última hora del día de ayer surgió una candidatura de manos del kirchnerismo desde la seccional Campana Zárate y todo indicaba que los contrincantes iban a rivalizar. 

Lo que resultó inesperado para quien fuera hasta hace horas atrás el mandamás sindical de la actividad, Antonio Caló, fue la rebeldía de 8 seccionales rebeldes, entre ellas la perteneciente a Quilmes (se presume ello debido a su cercanía con Mayra Mendoza).

Sorpresivamente el dirigente decidió bajar su lista luego de varias horas de negociación, en las que intentó llegar a una posible conducción de consenso con Abel Furlán. El acercamiento derivó en la decisión de la nueva dirección de sostener el lugar al frente de la Secretaría de Interior, que el ahora ex director general ocupa en el Consejo Directivo de la CGT. 
La grieta presente (y ahora blanqueada por sus protagonistas ante la opinión pública) en la coalición gubernamental se metió de lleno en las elecciones sindicales, donde el referente cercano a Máximo Kirchner se hizo con la victoria prácticamente sin competir y estará al frente de la dirección de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) por espacio de 4 años. 

Un dato de color que trascendió es que el presidente de la Nación Alberto Fernández habría estado invitado a reunirse con Caló postelección y a último momento, obviamente, el encuentro, dadas las circunstancias, fue dejado sin efecto. Es de destacar que apenas tres semanas atrás ambos almorzaron juntos en la Rosada en un encuentro catalogado, según los presentes, como «una charla de amigos fuera de agenda de los temas de gobierno«.

Los pergaminos de Furlán son más que interesantes:  es aún secretario de la organización a nivel nacional y tiene la obligación de bregar por el cumplimiento de «las disposiciones legales y convencionales», además, entre otros puntos señalados por el estatuto, de tomar a su cargo los problemas que eleven las diferentes seccionales, tarea que se cruza ahora con su nuevo rol. Además, en 2009 y en situación de reclamos realizados por delegados de base en Techint, los que rechazaban las suspensiones de la empresa, propició su expulsión del gremio.

Es sabido que en general los sufragios en los sindicatos peronistas (los únicos habilitados legalmente para representar a los trabajadores, a través de los estatutos avalados por el Ministerio de Trabajo) no son justamente democráticos; de modo que antes de llegar a volcar los nombres en la lista, usualmente sin competencia alguna, la identidad del ganador ya es más que pública.

Dado este modus operandi habitual, la situación que derivó en la salida de Caló fue más que llamativa y claramente se trata de una pulseada de poder contra el llamado albertismo. 

La histórica UOM, uno de los sindicatos más fuertemente vinculados con la derecha peronista, pasó de pertenecer a Lorenzo Miguel (dueño de un cargo que hasta ahora solamente se abandonaba con la muerte, natural o derivada de acción externa) a Caló, a partir del año 2004. 

El nuevo secretario general afirmó que «Se ha generado un recambio en la conducción de nuestra organización. Con la esperanza de cumplir nuestro compromiso, que es la defensa de los derechos de los trabajadores y los intereses de nuestra patria y el desarrollo«.

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