Antonio Silio, el atleta argentino que rescató y aloja a una familia ucraniana

Crónica del enorme gesto solidario del deportista con una familia ucraniana.

Por Guillermo Tagliaferri

La guerra entre Rusia y Ucrania ofrece las imágenes más crueles, pero también produce hechos solidarios y conmovedores. Como el protagonizado por el ex atleta argentino Antonio Silio, radicado desde hace varios años en España, quien no dudó en recorrer miles de kilómetros en automóvil para llegar hasta un campo de refugiados ucranianos y adoptar a una familia, que huía del conflicto bélico, y darle asilo en su casa. 

Conversando con su amigo, y también ex atleta y radicado en España, el uruguayo Ricardo Vera Rebollo, Silio tomó una decisión: brindar su ayuda a familias ucranianas. De las palabras se pasaron rápido a los hechos. Y hoy una familia ucraniana comparte techo, y afecto, con Silio, su esposa francesa Jacqueline y uno de sus hijos, Matías, de 23 años, en la ciudad de Guadalajara, de la comunidad autónoma de Castilla La Mancha.

«Fue algo que me dictó el corazón, no sólo a mi sino también a Ricardo y su novia Patricia. Empezamos a ver por televisión los momentos tristes que estaban pasando: bombardeos, gente que se quedaba sin casa ni nada» dijo Silio en una entrevista en el programa «Parte Diario«, conducido por Daniel Van Der Beken, de FM Concepto de Gualeguaychú. 

El ex atleta, nacido en la ciudad entrerriana de Nogoyá, continuó con su relato: «Se fue gestando y organizando el viaje. Armamos una asociación, ‘Unidos por Ucrania’, y se fue sumando más gente. Salimos de San Sebastián nueve personas, en cuatro furgonetas y un coche. En el primer tramo llegamos a Baden Baden en Alemania, paramos en una casa de familia y al día siguiente salimos para la frontera ucraniana con Polonia«.

Los cinco vehículos iban cargados con alimentos, ropa y medicamentos, que fueron repartidos entre los refugiados en la frontera entre Polonia y la ciudad ucraniana de Leópolis. Allí la expedición llegada de España explicitó su intención de regresar con ucranianos interesados en ir a ese país.

La madre, la abuela, los hermanos y los primos

Silio contó que «a las tres horas se presentó una familia con cuatro chicos, de 7 a 11 años, dos hermanos y dos primos, la madre y la abuela. La otra madre acababa de dar a luz y no pudo viajar«.

Otras dos familias fueron trasladadas por los otros miembros de la expedición solidaria. Y quedó la puerta abierta para otras personas que desean dejar el infierno de la guerra en Ucrania para instalarse en la tranquilidad española. 

Para comunicarse, con idiomas tan disimiles, la solución apareció gracias a la tecnología. «Descargamos una aplicación del traductor y a través del teléfono nos vamos entendiendo. Aunque no es fiable 100 por ciento, es útil para tener un diálogo con la madre y la abuela» manifestó Silio. 

«Los chicos son una esponja y van agarrando rápido el español. Ya aprendieron las primeras palabras, saben contar del 1 al 10, saludar, y están aprendiendo muy rápido» añadió. 

¿Hasta cuándo permanecerán los huéspedes ucranianos? «La verdad no lo sabemos, esta guerra puede durar meses, un año. La idea es que las familias que hemos traído tengan la posibilidad de aprender el idioma, tener un trabajo, que los chicos pueden ir al colegio. Independizarse y tener su propia autonomía» respondió Silio. 

El deportista argentino, de 55 años, mencionó que «un día la abuela hizo comida ucraniana, un tipo de ravioles con papa adentro y con masa. Salió riquísimo. A los chicos les gustan las hamburguesas y la pizza«.

Reflexionó: «La satisfacción no es lo que uno espera, sino lo que uno da en el momento. Después, Dios dirá. A través del deporte he conocido personas fantásticas. Y soy un agradecido a la vida, que me ha dado mucho y me ha pedido poco. Esto es devolver lo que uno ha recibido«. 

Los récords de un número uno

Antonio Silio fue uno de los mejores atletas de la Argentina de todos los tiempos, el número 1 de los fondistas.  En la década de 1990 logró los récords nacionales de 5000 y 10.000 metros, Media Maratón – 1 hora, 0 minutos, 45 segundos, logrado en 1998 en Zurich, Suiza-, Maratón – 2 horas, 9 minutos, 57 segundos, registrado en 1995 en Hamburgo, Alemania-, 10, 15 y 25 km en ruta, varios de ellos aún vigentes.

A estos logros como corredor se agregan el subcampeonato Mundial de Media Maratón en 1992 en Newcastle, Inglaterra, y la medalla de bronce en los 5.000 metros en los Juegos Panamericanos de La Habana 1991. Fue finalista olímpico en los Juegos de Barcelona 1992.

En 1990 fue distinguido con el Diploma al Mérito Konex, y en 2000 con el Premio Konex de Platino por ser considerado como el mejor atleta argentino de la década.