Cachorro siberiano que vivió hace 18.000 años.

El 2 de diciembre, un cachorro de hace 18.000 años de edad que estuvo enterrado durante siglos en un bloque de lodo congelado, fue descubierto por un grupo de investigadores que esperan que ayude a resolver el vínculo entre los perros y los lobos.

Según Dave Stanton, becario de investigación en el Centro de Paleogenética en Estocolmo y uno de los investigadores que analizó su ADN, el cachorro, que era macho, fue descubierto hace 18 meses y lo dejaron en estado de conservación en una capa de permafrost ubicada en los límites del extremo occidental de Siberia.

Stanton afirmó que el pelaje, el esqueleto, los dientes, la cabeza, las pestañas y los bigotes del cachorro, llamado Dogor, siguen intactos, pero los científicos no saben si se trata de un perro o un lobo. Stanton aseguró que deben realizarse más análisis de ADN en los próximos meses.

“Tenemos que darle contexto a esta información”, dijo en una entrevista.

Muchos investigadores afirman que los perros evolucionaron hace 15.000 años aproximadamente, a partir de una especie extinta de lobos. Otros sugieren que pudo haber sucedido mucho tiempo antes, quizá hace 30.000 años o más. Estos lobos evolucionaron después de varias generaciones en las que estuvieron expuestos al contacto con los seres humanos, durante ese proceso fueron domesticados y se convirtieron en los compañeros caninos que conocemos en la actualidad.

El cachorro, que fue descubierto por los habitantes del lugar, está siendo analizado en la Universidad Federal del Noreste en Yakutsk, la capital de Sajá, una región en expansión al este de Siberia que constituye el 20 por ciento del territorio ruso (el cuerpo del cachorro fue encontrado cerca de Yakutsk). De acuerdo con The Associated Press, Nikolai Androsov, director del museo Northern World donde permanecerán los restos, presentó el descubrimiento el 2 de diciembre. Sajá es famosa por sus reservas de gas y petróleo y la abundancia de minas de diamantes.

Se han encontrado muchos animales extintos en el grueso permafrost, en parte debido al derretimiento del hielo a causa del cambio climático. Entre estos animales se encuentran un bisonte estepario macho, un rinoceronte lanudo, un poni momificado y varios mamuts.

Stanton afirmó que, en ocasiones, los buscadores de tesoros usaban camiones hidrantes para atravesar el permafrost y extraer los colmillos de marfil de los mamuts con el fin de venderlos.

“Debió haberse congelado rápidamente antes de que los carroñeros llegaran a él”, comentó Stanton sobre el cachorro. “También encontramos muchas muestras que no se conservaron en buenas condiciones. Al parecer hay trampas naturales en el terreno donde los animales se congelan antes de descomponerse”.

Stanton aseguró que el ADN usado para datar al cachorro y determinar su género se extrajo de una costilla. También dijo que no tenía la certeza de que se hubiera practicado una necropsia para ver si sus órganos, incluyendo el corazón y el hígado, estaban intactos.

El cuerpo está bien conservado, lo cual es poco común”, afirmó Stanton. “Es el mejor que he visto”.

Los perros de la actualidad no son como los lobos modernos. Por ejemplo, los lobos son reticentes a comer frente a las personas, mientras que los perros domesticados suplican que les den las sobras de la cena. Su fisiología es distinta, pues los perros tienen hocicos más cortos y cráneos más grandes, además de que los lobos macho participan en la crianza de los cachorros, mientras que los perros lo evitan por lo general.

Stanton comentó que el proceso para determinar la antigüedad del perro se realizó en la Universidad de Oxford, y que él y sus colegas seguirán colaborando con los investigadores de la Universidad Federal del Noreste.

“Debemos revisar más muestras de ese periodo”, dijo. “Entonces podremos saber si era un perro o un lobo”.

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