Capitanich visitó una escuela y los alumnos lo echaron al grito de “Que se vaya”

Tras la importante derrota que su candidato, Juan Manuel Pedrini, recibió de manos del candidato de Juntos, Juan Carlos Polini, en las PASO del 12 de septiembre, el gobernador del Chaco intentó sacarse una foto con un grupo de niños, pero le resultó imposible.

El gobernador de la provincia del Chaco, Jorge Milton Capitanich, se acercó en horas de la mañana del miércoles a una escuela de escasos recursos, con el objetivo de impulsar su gestión política. La misma viene de sufrir una amarga derrota en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 12 de septiembre, cuando su candidato Juan Manuel Pedrini fue vapuleado por el representante de Juntos Juan Carlos Polini, con una diferencia de casi diez puntos.

Recurriendo a una vieja estratagema peronista, que indica que cuando los números vienen mal no existe una táctica electoral más efectiva que la foto junto a un niño, Capitanich se trasladó con su comitiva a una escuela de la localidad de Los Frentones. Sin embargo, su llegada no fue recibida de la mejor manera.

Tenso momento de Capitanich: lo increparon, respondió con Macri y le  gritaron “que se vaya” | Política | La Voz del Interior

Pocos minutos después de su arribo, mientras caminaba por una de las calles de tierra aledañas a la escuela con algunos integrantes de su equipo y varios guardaespaldas, una docente de apellido Alí se acercó y comenzó a increparlo por los descuentos y los porcentajes insuficientes de los aumentos recibidos.

Ofuscado, Capitanich comenzó a echarle la culpa al gobierno de Mauricio Macri, elevando el tono de la discusión. Mientras los reclamos mutaban a gritos entre unos y otros, los niños comenzaron a aparecer alrededor del gobernador, al grito de “que se vaya, que se vaya”. El equipo que custodiaba al mandatario comenzó a moverse sin saber exactamente qué hacer. En ese momento se escuchó la voz de la docente asegurando que el gobernador prometió agua potable en la zona desde hace más de seis años y nunca llegó. Finalmente, cansado y vapuleado por los niños, Capitanich se subió a un vehículo oficial y se marchó. La foto con los niños quedará para otro momento.

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