Cerca de 120 chicos de un club fueron perjudicados por el Municipio de Berazategui.

El germen de la integración deportiva entre los niños tuvo su lugar con el telón abierto de los Juegos Evita en 1948. La Fundación Eva Perón preparó un terreno que terminó siendo el embrión de certámenes que le abrieron las puertas a disciplinas como esgrima, natación, atletismo, básquet y otras tantas prácticas deportivas. Los torneos infantiles Evita trascendían el deporte en sí: posibilitan un chequeo médico para 100.000 niños.

En 1989 se rubricó la Convención sobre los Derechos del Niño. En su artículo 31 subraya que los Estados pertenecientes deben respetar y promover el derecho de los niños y las niñas a participar plenamente en la vida cultural y artística, propiciando la igualdad de oportunidades. Al tiempo que indica que el juego, la recreación y el deporte, son formas muy poderosas para fomentar la integración y la inclusión. 

De acuerdo con UNICEF, son vehículos que “fortalecen el organismo y evitan las enfermedades, favorecen los procesos de aprendizaje, reducen los síntomas del estrés y la depresión, mejoran la autoestima, previenen el tabaquismo y el consumo de drogas ilícitas y reducen la delincuencia”.

Los Juegos Evita tenían como faro la construcción de acuerdos entre clubes de barrio y establecimientos deportivos donde la sociedad podía hallar espacios, y sobre todo estímulos para miles de niños. Gracias a esa máquina aceitada, emergieron equipos que se consolidaron hasta llegar a los torneos oficiales de AFA, como fueron los casos de Atlas o Sacachispas. 

74 años después, el espíritu de los Campeonatos Evita aparecen en color sepia, pero el paso del tiempo no tiene nada que ver, más bien su deterioro en pos de manipulación que encubre un entramado de intereses políticos por cargos municipales, según secretos a voces que circundan las esferas del fútbol infantil.

El pasado fin de semana, el Club Social y Deportivo La Loma del partido de Berazategui disputaba la jornada en condición de local ante Villa Real. El calendario del día se desarrollaba de manera normal hasta que durante el partido de la categoría 2011, el delegado ingresó al campo para socorrer a uno de sus jugadores pero con el ímpetu exacerbado por las pulsaciones, tuvo un intercambio con el árbitro y lo empujó. El partido se suspendió.

Aunque lo peor vino después. La sanción que recayó sobre el club deparó en que ninguna de las categorías podrán disputar las etapas finales (Cinco habían clasificado a esa instancia). Y además, en 2023 apenas podrán competir, pero no podrán sumar puntos para luchar por el ascenso a la Primera. 

Desazón y angustia son los denominadores comunes en el seno del club. El grupo de padres que resolvió tomar la sartén por el mango y no ocultar el ánimo de injusticia que los posee, pretende revocar la decisión. Y hay un elemento clave en el medio: la amargura de cerca de 120 chicos que integran las categorías de La Loma.

Ariel Uñates, padre de uno de los niños que se desempeñan en La Loma, reveló, acerca del estado de situación: “No hay respuestas, se toman del reglamento. Nos dejan afuera de las finales y todo un año sin competir por los puntos, totalmente desafiliados. Ante esa situación no hay respuestas. Insisto, no se mueven del reglamento”.

Cabe señalar que el Club es un refugio para muchos niños en situación de vulnerabilidad, y más allá de las prácticas deportivas, se celebran cumpleaños y se organizan eventos como el Día del Niño y Pascuas.

En función del parate de rubros y actividades a causa de la pandemia del coronavirus, Uñates expresó: “Creo que no aprendimos nada. Después de vivir lo de la pandemia, nos tendría que haber dejado una enseñanza a todos como sociedad, desde lo humano. Desde la Secretaría de Deportes y el Tribunal de Disciplina se están olvidando de una parte importante que son los chicos, quienes son los damnificados”.        

“Yo entiendo que hay que respetar el reglamento y evitar la violencia pero creo que con un poquito de flexibilidad se puede llegar a una solución menos drástica y cruel. Los chicos hoy están completamente desmoronados y angustiados porque no entienden por qué no pueden jugar las finales, tras el sacrificio que hicieron todo el año”, finalizó.

El delegado involucrado en el episodio fue expulsado del club.

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