Certificados médicos en tiempos de coronavirus

Como si la Epidemia no fuera suficiente para el sistema de salud, otro frente a dominar, es de lograr modernizar y darle comienzo al uso de las recetas electrónicas, que con el refinamiento se volvió una necesidad y es un tema de años en los médicos farmacéuticos y pacientes de todo tipo.

EL secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos Marcelo Peretta, expreso que hace 10 años el sindicato pide por esto, ya hay una resolución en la Superintendencia de Servicios de Salud, que lo permitiría para las enfermedades crónicas. Pero también nos explico que hay una gran diferencia conceptual entre una receta electrónica y una digital. La electrónica no existe en el país ya que se requiere de de un registro de firmas electrónicas de cada uno de los matriculados del país, y cada firma estaría encriptada, similar a un código penal. Lo que algunas de las grandes prepagas habilitaron es la receta digital, digamos que es una fotografía de la receta original, firmada por el médico y se hace a través de una aplicación.

Estas medidas son provisorias, no son la solución definitiva para el problema.

En otras palabras, en este momento, conviven, además del tradicional, dos sistemas: el de las obras sociales y prepagas que demandan que el paciente entregue la receta impresa a la farmacia (aunque haya sido generada de modo digital, el caso de PAMI) y aquellas que se contentan con «la foto» de la prescripción. Entre las primeras, algunas exigen que el papel tenga la firma y sello del médico, lo cual hace que todo sea bastante similar al formato tradicional de la receta hecha a mano, que en definitiva sigue copando la mayoría de los casos.

Swiss Medical, Omint, Medife y Sancor, son algunas de las prepagas que mediante una app donde se solicita una vídeo llamada con el médico, el mismo escribe la receta, solicitándole los datos al paciente y luego por la misma aplicación se la envía y el paciente desde la aplicación la muestra en la farmacia. 

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