Colombia le brindará refugio a los afganos: “Somos parte de una nueva coalición humanitaria internacional”

Sobran las incógnitas con respecto a la acogida de afganos y su impacto en Colombia, un país con una doble crisis migratoria: la de casi dos millones de venezolanos y la de asiáticos, africanos y haitianos rumbo a EE.UU.

“Las dinámicas políticas y económicas del mundo son muy rudas y complejas. Pero hay una parte humana en todo esto, y es brindar refugio a los que más lo necesitan. Son personas que salieron de casa con apenas una muda de ropa, sin una fotografía y dejando su vida atrás”, declaró Néstor Orduz, consultor de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y exfuncionario de Migración Colombia al diario El Espectador de Bogotá este 23 de agosto.

Ordúz hace referencia a la decisión del presidente de Colombia, Iván Duque, de acoger probablemente a unas 4.000 personas, mujeres, hombres y niños, provenientes de Afganistán . Su destino final es Estados Unidos, pero deben esperar el estudio de su petición de asilo fuera de ese territorio. Un proceso que puede durar varios meses, o años.

El recibimiento, permiso humanitario y PCR

En el momento que lleguen los/las afganos/as al país, “Colombia concederá un permiso humanitario temporal”, responde la vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, a las preguntas enviadas por DW sobre el estatus y las implicaciones de la iniciativa. La canciller de Colombia agregó también, que “los afganos recibirán la atención médica que incluye pruebas PCR y la administración de la vacuna contra el coronavirus, en caso de que aún no la tengan”.

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Los afganos “en tránsito por Colombia” serán alojados en diferentes hoteles en ciudades como Bogotá, y además en Barranquilla y Cali, que se ofrecieron para acogerlos. “En coordinación con Migración Colombia a los ciudadanos afganos se les garantizará su movilidad libre por todo el país”, afirma Ramírez, quien espera aún recibir el número exacto de personas y su fecha de arribo. “Los costos los asumirá la agencia estadounidense USAID”, declaró la vicepresidenta.

También explicó que quienes llegarán a Colombia serán “civiles, cooperantes del Gobierno y el Ejército de Estados Unidos o de la OTAN, pero también varios activistas de derechos humanos quienes defienden a las mujeres afganas, también una causa nuestra”.

“Espera en México”: el golpe de Trump

Se cree que una las razones por las que Washington aceptó la oferta de Colombia es el revés jurídico que la administración de Joe Biden padeció el pasado 20 de agosto y que lo obliga a reanudar la política de Donald Trump de “Espera en México” para peticionarios de asilo. Dicha política, cuyo nombre oficial es Protocolo de Protección de Migrantes (MPP) fue instaurada por el Gobierno del expresidente Donald Trump en 2019, y por ella decenas de miles de solicitantes de asilo llegados a la frontera entre México y EE.UU. han sido devueltos a México y América Central.

La oferta de Colombia es servir de estación intermedia hacia Estados Unidos. “Pero toda esta iniciativa está aún llena de incógnitas”, dice a DW Fátima Martínez, profesora de la Universidad del Rosario de Bogotá y especializada en refugio y migración.

Colombia puede convertirse en el país limbo

¿Qué hacer entonces? ¿Quedan en un limbo los afganos que no sean aceptados por Washington? “Así es, y Colombia tendrá que estar preparada para lo que venga. Lo que significaría acoger a los afganos no aceptados por las autoridades estadounidenses con todas las consecuencias que conlleva garantizar el refugio”. Un problema doble, ya que “en Colombia una petición de refugio en cancillería también puede demorar años”.

La profesora Fátima Martínez, especializada en la documentación de las migraciones y el tratamiento digital de la información, alaba la dedicación de la sección en Colombia de la ONG alemana Caritas a los refugiados venezolanos y recuerda que “Colombia aún está necesitando más ayuda internacional para atender las otras dos crisis migratorias en su país: la de casi dos millones de venezolanos, y la que viven asiáticos, africanos y haitianos que cruzan el país de sur a norte, de Ipiales a Necoclí, que buscan pasar una de las rutas más peligrosas del mundo: el Tapón del Darién”.

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