Consiguen imágenes pioneras de la actividad cerebral de los fetos humanos

El estudio de la actividad cerebral de los bebés en el útero materno servirá para entender mejor el desarrollo humano y predecir posibles complicaciones.

Monitorizar la  actividad cerebral de un feto es una tarea extremadamente complicada, debido fundamentalmente a que, al estar flotando en el saco amniótico, está en continuo movimiento. Si alguna vez te has sometido a una resonancia magnética, recordarás que los médicos te piden que estés lo más quieto posible mientras pasa el escáner. Esto es porque, simplificando mucho, la técnica consiste en ir obteniendo datos de diferentes ‘cortes’ del sujeto en cuestión – como si fueran rebanadas de pan -, que luego se superponen para obtener la imagen completa, y cualquier movimiento puede emborronar el resultado final.

Sin embargo, el desarrollo de algoritmos más precisos está permitiendo a los científicos unir con más precisión esas ‘rebanadas’ obtenidas de un sujeto en movimiento. A su vez, las máquinas de resonancia magnética son cada vez más rápidas, y esto permite tomar un mayor número de datos en menos tiempo, con una menor interferencia del movimiento, y también permite obtener más datos durante los breves periodos de tiempo en los que el feto permanece en reposo.

Aparte de lo fascinante que es el hecho poder observar la actividad de un cerebro humano en pleno desarrollo, la obtención de imágenes por resonancia magnética (IMR) abre muchas puertas a los científicos, ya que permite estudiar, por ejemplo, cómo se conectan unas neuronas con otras. Esta neuroconectividad es importante porque explica algunos trastornos funcionales del cerebro – enfermedades mentales, trastornos del desarrollo – que no se deben a una mera alteración anatómica.

Estudio en bebés prematuros

Uno de los primeros resultados obtenidos empleando estas técnicas avanzadas de neuroimagen ha sido publicado en la revista Scientific Reports y revela diferencias entre la actividad cerebral de los bebés prematuros y la de aquellos que llegan a término. En concreto, los investigadores descubrieron que una parte del cerebro cercana al área de Broca –zona relacionada con el procesamiento del lenguaje – tenía una conexión más débil con otras regiones en los bebés que posteriormente tuvieron un nacimiento prematuro.

Los bebés prematuros tienen más probabilidades de padecer autismo, trastorno por déficit de atención o hiperactividad (TDAH) y otras alteraciones relacionadas con el aprendizaje. Otros trabajos habían estudiado la actividad cerebral de estos bebés, encontrando igualmente una baja conectividad neuronal en ciertas áreas, pero hasta ahora solo se había hecho este análisis después del nacimiento. De hecho, se pensaba que la causa estaba en el estrés, la falta de oxígeno y otros factores traumáticos asociados un parto difícil, pero este trabajo muestra que la baja neuroconectividad se observa ya desde el útero materno.

Además, se plantea una posible causa: las madres del estudio que no llegaron a término presentaban el tejido placentario inflamado, lo que lleva a los investigadores a sospechar que la inflamación materna o las infecciones pueden jugar algún papel en este tipo de nacimientos que se producen antes de tiempo.

Los bebés prematuros tienen más probabilidades de padecer autismo, trastorno por déficit de atención o hiperactividad (TDAH) y otras alteraciones relacionadas con el aprendizaje. Otros trabajos habían estudiado la actividad cerebral de estos bebés, encontrando igualmente una baja conectividad neuronal en ciertas áreas, pero hasta ahora solo se había hecho este análisis después del nacimiento. De hecho, se pensaba que la causa estaba en el estrés, la falta de oxígeno y otros factores traumáticos asociados un parto difícil, pero este trabajo muestra que la baja neuroconectividad se observa ya desde el útero materno.

Además, se plantea una posible causa: las madres del estudio que no llegaron a término presentaban el tejido placentario inflamado, lo que lleva a los investigadores a sospechar que la inflamación materna o las infecciones pueden jugar algún papel en este tipo de nacimientos que se producen antes de tiempo.

«Nuestra investigación altera el concepto actual de las lesiones asociadas al parto prematuro, pues pone de relieve la diferencias prenatales en los circuitos neuronales», explica Moriah Thomason, una de las autoras y profesora asociada en la Facultad de Medicina de la Wayne State University (Detroit, EEUU). Aunque se trata de un estudio muy preliminar, el trabajo con técnicas avanzadas de neuroimagen ayudará a prevenir y a hacer un mejor seguimiento de los bebés prematuros: «Una detección temprana ofrece más posibilidades de intervención», recalca Thomason.

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