“Cuando llego a mi casa, se apaga cualquier tipo de ego”. Nico Magaldi y una introspectiva.

El conductor de TV Nicolás Magaldi se apresta para tomar las riendas de ¡Epa!, una tira periodística que saldrá a las 11 de la mañana por América.  Pero además habló sobre sus formas de manejarse en los medios ante tantos egos y con la fama que supone la pantalla grande.

A propósito de ciertos motes en los medios de comunicación, Magaldi cuenta: “Cuando se dio mi llegada a Ideas del Sur, que me llevó Marcelo (Tinelli), hubo una tapa que decía: “El pichón de Tinelli”. Me acuerdo, y es algo que la gente todavía sigue diciendo: ”Che, imitás a Tinelli”. Para mí era un halago, yo tenía 23 años, era un pendejo… Hoy tengo 35”. 

Además, añade: “Y estaba en un lugar en el que no caía que estaba, con un número uno en la televisión y con una vorágine tremenda, con un aprendizaje brutal. Sin embargo, hay mucha gente que siente que me agrede con eso y la verdad es que no me molesta. Todo lo contrario, siempre les pido un tiempo para que me conozcan: no soy él, soy otro, soy yo y tengo lo mío”.

La impronta de Tinelli marcó a toda una generación. “Me acuerdo de la primera reunión que tuve con él, que nos tomamos un café: te da esa sensación de que lo conocés de toda la vida. Claro, me había criado con él en la televisión, que seguramente es lo que le pasa a la gente cuando te ve, que te conoce, y por eso te juzga también. No es tan fácil ese equilibrio”.

Acerca de su progreso en el trabajo, indicó: “Aprendí que la formación debe ser una constante, y no lo digo de mentira, digo que es importantísimo estar capacitado y formado porque esta carrera es tan volátil que un día sos el conductor estrella y otro día no lo sos. Y no es que se fue tu talento, es que quizás se perdió la oportunidad o todavía no es el momento. Eso lo aprendí porque siempre fui de buscar mis oportunidades”. 

“A mí nadie me regaló nada, todo lo contrario, yo vine acá con un brazo atrás y otro adelante, y todo lo que fui haciendo me lo gané por las ganas que le pongo, porque amo esta profesión. Creo que fui tomando decisiones y la primera fue decir que no, para mí es una puerta fantástica para quererse uno mismo y decir realmente lo que uno quiere elegir, pagando el precio que sea. De hecho, me he quedado sin laburo por eso”, destaca.

Por último, subrayó el eje que lo hace poner los pies sobre la tierra: “Yo soy súper terrenal. Guardo un enorme cariño por cada persona que me dio algún consejo, o que siempre estuvo. Conozco mucha gente linda en el medio, pero siempre me guardo en mi familia. Cuando llego a mi casa, se apaga cualquier tipo de ego. El ego está como un motor de querer crecer. Quizás es como la ambición personal, que a veces te pueden tirar por ahí en esta carrera, de alguna forma, te vas haciendo medio culo de chancho. Lamentablemente es así, sobre todo con las críticas”.

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