Darín y un diagnóstico sobre los jóvenes: “Tendríamos que hacer es revisar qué herramientas les damos para en todo caso exigirles algo”.

Después de coleccionar elogios, algo habitual en él y sus papeles actorales, como consecuencia de la onda expansiva de Argentina 1985, Ricardo Darín, además de referirse a la película en el Festival de Cine en Venecia, puso el foco en la realidad de los miles de jóvenes que viven en el extranjero.

El protagonista del film argentino que estuvo nominado como mejor película extranjera en la última edición de los Oscar, reveló: “No soy muy amigo de exigirle nada a la gente joven, porque primero están recibiendo ejemplos, en algunos casos, que no son muy entusiasmantes, y me parece que exigirles como generalmente hace la sociedad con los pibes apenas están transitando el secundario, esa cosa de exigirles ya qué van a hacer el resto de sus vidas, que sea algo que sirva de sustento y creo que el nivel de carga y de presión es muy elevado”.

Y añadió: “Lo que tendríamos que hacer es revisar qué herramientas les damos para en todo caso exigirles algo. Confío en la gente joven, tiene una procesadora de datos más actualizada que la mía, y resuelven y tienen un resultado frente a los conflictos mucho más práctico, mucho más sano si se quiere, directos, funcionales, mientras están atravesando un momento en el que definen quiénes son”.

“Los chicos que se van, por ejemplo, que eligen porque han perdido entusiasmo, a lo mejor porque escuchan mucho en su casa esto de la pérdida del entusiasmo, mucha queja y muchas puteadas con respecto a la actualidad y entonces toman la decisión de irse. Esta cosa de ir a probar en otro lado, ahí se le juntan un par de temas: ir a probar qué podés hacer mientras estás tratando de averiguar quién sos”, precisa quien se cruza compatriotas que viven en el exterior.

Es en esa coyuntura que Darín confiesa: “Escucho a muchos adolescentes que no agotaron instancias acá para probarlo, y es triste ver que un pibe de 20 años está intentando otra fuera de su país sin haber tenido la chance de hacerlo en su propio país”.


Justamente, la relación con la película entrelaza aquella época donde la juventud fue determinante: “Está mirando sobre todo hacia adelante, hacia las generaciones nuevas. A la idea de recuperar la dignidad y no bajar los brazos a partir del ejemplo, no solo desde el discurso. Esta es una película llena de humanidad y a partir de ella está muy comprometida la relación con los más jóvenes”.

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