¿De qué modo nuestro cerebro crea recuerdos duraderos?

La clave para convertir un recuerdo en permanente sería más sencilla de lo que pensábamos.

Rememorar una información inmediatamente después de haber tenido conocimiento de ella puede ser todo lo que necesitamos para que se convierta en un recuerdo permanente, según el último estudio llevado a cabo por la Universidad de Sussex (Reino Unido) cuya conclusión expone que en nuestro cerebro se activa la misma zona tanto cuando estamos recordando algo como cuando se convierte en un recuerdo a largo plazo o duradero.

Para su investigación, los expertos contaron con la participación de 26 voluntarios a los que pusieron una serie de vídeos cortos de unos 40 segundos procedentes de la plataforma Youtube y con un elemento narrativo (por ejemplo, un par de vecinos gastándose bromas el uno al otro). Los participantes observaron 20 vídeos para los que tuvieron 40 segundos entre vídeo y vídeo para recordar los detalles más llamativos de los mismos. Luego, les mostraron 6 vídeos más de 40 segundos pero sin espacio de descanso entre ellos.

Dos semanas más tarde, los participantes aún eran capaces de recordar una gran cantidad de detalles de los vídeos para los que habían tenido tiempo de recordar, mientras que el contenido de los otros 6 vídeos había sido prácticamente olvidado por completo.

Las pruebas de resonancia magnética en el transcurso del experimento revelaron a su vez, que la corteza cingulada fue la zona más activa del cerebro durante la observación de los vídeos y también en el proceso de recuerdo. Así, estos resultados se repitieron semanas después cuando se pidió a los voluntarios que recordaran detalles fundamentales de los vídeos observados. La corteza cingulada seguía siendo el factor común y es que esta región no solo nos ayuda a recordar los detalles de un evento sino también a integrar estos recuerdos en nuestro conocimiento y comprensión, haciéndolos resistentes al olvido.

“Sabemos que los recuerdos recientes son susceptibles de perderse. En este estudio hemos demostrado que un breve período de ensayo o rememoración tiene un efecto enorme en nuestra capacidad de recordar eventos reales complejos en períodos de 1-2 semanas”, explica Chris Bird, líder del estudio.

De cara a cualquier situación que tenga una implicación determinante, como ser testigo de un crimen o un accidente, sería conveniente tener en cuenta estas conclusiones que publica la revista The Jounal of Neuroscience, ya que la memoria del suceso mejorará notablemente si el testigo recuerda en su cabeza la secuencia de hechos tan pronto como le sea posible tras la consecución del mismo.

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