Descubren de qué modo se propaga el virus del sida

Investigadores españoles del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa han descubierto la molécula responsable de la entrada del virus del VIH a las células dendríticas, pertenecientes al sistema inmunitario, que contribuyen a la propagación del virus en el organismo. El hallazgo, publicado en PLoS Biologyabre las puertas a una nueva familia de fármacos contra el sida capaz de bloquear esta molécula y evitar así las resistencias a la terapia que conllevan los tratamientos actuales.

Según se hace eco la agencia SINC, los resultados revelan la existencia de unas moléculas en la superficie del VIH, constituidas esencialmente por un ácido siálico unido a un azúcar, que a su vez está anclado a un lípido, y que reciben el nombre de gangliósidos. Este tipo de moléculas se hallan en alta concentración en las membranas de las células nerviosas y, en menor cantidad, en las membranas del resto de células, y el VIH capta selectivamente estas moléculas durante su proceso de replicación dentro de una célula infectada.

Los científicos han alterado la composición de gangliósidos en la superficie de virus artificiales y liposomas (vesículas esféricas formadas por los componentes de las membranas celulares). Al poner en contacto estas partículas con las células dendríticas, demostraron que únicamente podían entrar en las células aquellas vesículas con gangliósidos específicos en su superficie. Finalmente, los investigadores concluyeron que eliminar los gangliósidos del virus del sida evita que las células dendríticas puedan atrapar el VIH-1, internalizarlo y facilitar la infección de sus dianas naturales, los linfocitos T CD4. Según Nuria Izquierdo, investigadora de IrsiCaixa, «esto ha permitido demostrar que los gangliósidos son la clave para la entrada del VIH en este tipo de células y que su mecanismo de entrada no depende de las proteínas del virus, sino principalmente de la presencia de estas moléculas».

Si un patógeno entra en el organismo, las células dendríticas desempeñan un papel clave en la activación de la respuesta inmunitaria. Su función consiste en patrullar por el organismo, capturar los agentes infecciosos que lo invaden, aislar sus moléculas y presentárselas a los linfocitos T, unas células encargadas de destruir de forma específica los microbios y las células ya infectadas. Sin embargo, el VIH se aprovecha de las células dendríticas para refugiarse en su interior sin llegar a infectarlas y poder así alcanzar a sus principales dianas, los linfocitos T CD4. De esta forma, las células dendríticas actúan como verdaderos «caballos de Troya», ya que concentran el virus en la zona de contacto con los linfocitos T CD4, favoreciendo su infección en lugar de iniciar una respuesta inmunitaria adecuada contra el VIH.

Este descubrimiento da nuevas pistas sobre cómo el VIH entra en las células dendríticas, escapa de la ruta habitual de degradación de patógenos y crea un escenario ideal para la infección de nuevas células y la progresión de la enfermedad.

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