Di María, condicionado por una molestia que pone en riesgo su físico.

El saldo del tercer y último partido por el grupo C de la Copa del Mundo de Qatar fue ampliamente favorable para el seleccionado que dirige Lionel Scaloni. Tras un errático debut ante Arabia Saudita, con la caída por 2 a 1, el equipo experimentó una saludable recuperación.

Luego de vencer a México, pero sobre todo a las dudas que habían quedado flotando, a partir de los nervios que signaron el juego hasta el gol de Messi, Argentina se soltó. Restaba confirmarlo ayer ante Polonia, hecho que sucedió con creces. Un funcionamiento colectivo más nítido, la ratificación de individualidades que se desprenden de ese andar en conjunto y no al revés, y un andamiaje que produjo constantes conexiones y sociedades como no se había visto desde el inicio del certamen. 

Sin embargo, el poco márgen de descanso que entregó la FIFA entre el fin de los campeonatos y el arribo de las selecciones a Qatar, en algún momento iba a sentirse. De hecho, muchos jugadores ya habían perdido la chance de jugar la Copa del Mundo por lesiones. Ejemplos sobran: Sergi Roberto (España), Sadio Mané (Senegal), Paul Pogbá y Ngolo Kanté (Francia), Jesús Corona (México). Al negocio no le importó asfixiar al calendario. Está claro que nada iba a ser gratuito.

Y para Lionel Scaloni tampoco fue la excepción, porque tras tener que desafectar a Giovani Lo Celso, por motivos similares también debió sacar de la lista a Nicolás González y a Joaquín Correa. Cansancio, desgaste y la cabeza que ya estaba en modo Mundial hace rato para unos cuantos. 

Anoche, la única mácula de la victoria ante Polonia fue la salida del mediocampista Angel Di María a los 13 minutos de la etapa complementaria. El de la Juventus salió por precaución y más tarde se conoció su diagnóstico. Padece una sobrecarga en el cuádriceps derecho, de manera tal que está en duda su presencia en el cotejo de los octavos de final que Argentina jugará el sábado ante Australia desde las 16 horas.

El paso a seguir es que desarrolle tareas en forma diferenciada del resto del plantel e ir evaluando la progresión de su malestar. Por sus maneras, no sorprendería que el entrenador argentino decida no arriesgarlo para que llegue en óptimas condiciones a un eventual juego por los cuartos de final, cuya fecha está estipulada para el  viernes 9 de diciembre.

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