El camino a los Oscars: un Del Toro al 100%

Lejos de ser una remake de la versión original, la novela en la que se basa es un material ideal para el director mexicano.

Por Gastón Dufour

Basada libremente en la novela «Nightmare Alley«, de William Lindsay Gresham (1946) y con leves toque de similitud con la película dirigida por Edmund Goulding y protagonizada por Tyrone Power (1947), «El callejón de las almas perdidas» en la versión de Guillermo del Toro cuenta con interpretaciones de nivel, a partir de las posibilidades que brinda el elenco del que forman parte nombres de relevancia como Bradley Cooper, Cate Blanchett, Toni Collette, Rooney Mara, Willem Dafoe y Mary Steenburgen.

Breve historia sobre la novela y su autor

Gresham fue un creador tortuoso con una vida compleja y dolorosa en lo más íntimo, con un contexto familiar difícil que lo marcó cruelmente a partir del divorcio de sus padres (situación que dejó en él una huella indeleble) y posteriormente significó que su inestabilidad emocional lo volcara a terribles adicciones al alcohol y las drogas.

Su paso por el cuerpo del personal de primeros auxilios de la Brigada Lincoln durante la Guerra Civil Española lo devolvió a Estados Unidos con muchas historias a narrar sembradas en su imaginación, sobre todo a través de las experiencias transmitidas por Joseph Halliday, un trabajador de ferias circenses comunes de la época, y que dieran vida a los personajes de la novela llevada inicialmente a la pantalla grande al año siguiente de su publicación.

El estilo de Del Toro y la posibilidad del premio anhelado

El film que integra la lista de las candidatas a ganar el premio Oscar como Mejor Película de este año tiene un vuelo poético distinto al resto de sus contrincantes, en la línea que Del Toro suele manejar, repleta de magia, drama, y generadora de empatía y admiración con el relato que construye.

Aun así, continúa siendo una historia algo cruda sobre las mentiras, el miedo, el éxito y la caída, con la pretensión de ser y el ego atravesando las vidas y las circunstancias de los personajes. 

Se trata de una producción en la que el director no deja de lado la visión, ciertamente algo retorcida, del mundo que tan fácilmente construye a través de su manera de acercarse a lo fantástico, a lo mágico, que también puede ser terrorífico y horroroso, y que el cineasta mexicano puede desgranar a su antojo.

Los personajes fuera de sí, abandonados a su suerte, pero también los que creen dominarlo todo y están siempre a un paso de perder son siempre partes fundamentales de sus mundos de ficción.

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