El embarazo de Fabiola Yáñez: un tratamiento de fertilidad preferencial

Una nueva crisis se está preparando en las entrañas de la Casa Rosada. Lo que intentó ser una buena noticia que atraiga votos para el alicaído gobierno de Alberto Fernández, podría volverse en contra al haber recibido un trato diferencial en plena cuarentena.

Días atrás, el gobierno nacional confirmó a través de un comunicado oficial que la primera dama, Fabiola Yáñez, estaba embarazada. “Se informa que la primera dama se encuentra cursando la décima semana de su embarazo (único). Su estado de salud es bueno y bajo estricto control médico”, aseguró la Unidad Médica Presidencial.

En el comunicado, la palabra “único” es la clave para entender el proceso que atravesó Yáñez. De acuerdo a lo informado en numerosos medios de comunicación, la primera dama no quedó embarazada de forma natural sino que, por el contrario, lo hizo a través de un tratamiento de fertilización.

El mismo fue llevado adelante en una clínica en la zona norte del Gran Buenos Aires. De acuerdo a fuentes de la Casa Rosada, se recurrió a este tipo de tratamiento por cuestiones meramente etarias. Es decir, no existe ningún problema de salud en ninguno de los padres, sino que Yáñez ya tiene 40 años y Alberto Fernández, 62, lo que presenta numerosos riesgos a la hora de buscar una concepción natural.

Llama la atención que la pareja haya recurrido a este tratamiento justo en el momento en el que el gobierno nacional mostraba su peor cara, cuando la imagen del presidente Fernández tocaba su mínimo histórico. Del mismo modo, la confirmación oficial del embarazo fue el 23 de septiembre, apenas diez días después de la derrota en las PASO y la consiguiente crisis política que ésta desencadenó.

Haciendo cuentas rápidas, se desprende que el tratamiento se inició en los primeros días de julio, cuando el escándalo del OlivosGate mostraba sus primeras consecuencias, el gobierno comenzaba a resquebrajarse desde adentro y se comenzaba a sentir las críticas del fuego amigo. Del mismo modo, el tratamiento recibido cuando Argentina presentaba 22 mil casos diarios de coronavirus, en el pico de la pandemia, y en el momento en que la mayoría de los hospitales suspendían turnos y atenciones médicas por temor a aumentar los contagios.

En Casa Rosada ya anticipan un nuevo sismo político. Efectivamente, mientras numerosos pacientes en grave estado suspendían turnos oncológicos, niños eran atendidos a cuentagotas por sus pediatras, hombres y mujeres morían durmiendo en los pasillos de los hospitales públicos a la espera de una atención médica que nunca llegaba, Fabiola Yáñez estaba practicándose un costoso tratamiento de fertilización asistida que difícilmente pueda ser interpretado como algo más que un manotazo de ahogado para salvar las ropas de una administración en decadencia.

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