El Gobernador de la provincia explicó que “las tomas no son la solución” y contó sobre el procedimiento policial en Guernica

El gobernador bonaerense consideró que «dado lo complejo de toda la situación» se dio «una respuesta muy novedosa y buena».

El gobernador bonaerense Axel Kicillof consideró que el proceso que puso fin a la toma de tierras en Guernica fue “una respuesta muy novedosa y buena” porque pospuso todo lo posible el desalojo para lograr un trabajo interministerial que le dio soluciones a la mayoría de las familias.

En una entrevista publicada este domingo por el diario Página 12, el gobernador afirmó que él dio personalmente la orden de que no hubiera represión en el desalojo realizado días atrás en el predio de Guernica, reiteró que “las tomas no son la solución” y afirmó que el rol de la policía consistió en hacer cumplir la orden de un juez.

Además, defendió la labor del ministro de Seguridad, Sergio Berni, encargado del operativo, que, opinó, “funcionó muy bien”.

Planteó que en Guernica “se dio una respuesta inédita” y aseguró estar “muy orgulloso de haberlo hecho de esa manera”, en alusión a los 40 días de negociaciones con los últimos ocupantes del predio, luego de que la mayoría aceptara una salida pacífica del lugar.

“En el conurbano hay 1800 asentamientos, eso habla de una deuda dolorosa de falta de vivienda”, analizó por otra parte.

Para Kicillof hubo un “abandono del Estado”, que generó “una olla a presión” en los años previos a su gestión. “En estos días hemos escuchado muchas palabras de Néstor. Yo les digo: vengo en nombre del Estado de la Provincia a hacerme cargo de eso que otras administraciones no asumieron”, afirmó.

Desde la provincia no dimos una respuesta ni represiva ni de ejecución inmediata: pedimos una prórroga, montamos un dispositivo interministerial, que tiene pocos antecedentes”, sostuvo.

En particular sobre el operativo de desalojo, fue taxativo: “Yo di la orden de que no hubiera ningún acto de violencia sobre los que estaban adentro, y así fue. Aun los que tuvieron la intención de generar actos de violencia. Porque había una intencionalidad política y una intransigencia muy clara”.

El mandatario aceptó que “una familia que va a una toma no está dando un paso feliz, es una situación de desesperación”, pero consideró que “dado lo complejo de toda la situación” se dio “una respuesta muy novedosa y buena”.

“Creo que se dio una respuesta inédita, y estoy muy orgulloso de haberlo hecho de esta manera. Cuando se agotaron las instancias de diálogo, cuando ya era claro que no había forma de encontrar esta respuesta, lo que quedaba era ejecutar la orden de la justicia y sin violencia. Eso también se logró”, concluyó el funcionario.

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