El insomnio y el suicidio se encuentran relacionados

La evaluación específica y tratamiento de problemas de sueño puede reducir el riesgo de suicidio en personas con síntomas depresivos.

El suicidio es un grave problema de salud pública: en 2015 fallecieron por suicidio en España 3.602 personas según datos del INE, en la que se estima que es la primera causa de muerte no natural entre los españoles.

Por edad, el  suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años en los países desarrollados; la cuarta entre adultos de 35-45 años, y entre la quinta en personas de 45 a 65 años. 

¿Cómo se relacionan el insomnio y el suicidio?

El insomnio y los pensamientos suicidas parecen estar íntimamente relacionados. Ya lo sugirió en 2013 un estudio publicado por la revista Journal of Clinical Sleep Medicine, que llegó a la conclusión de quela evaluación específica y tratamiento de problemas de sueño concretos puede reducir el riesgo que personas con síntomas depresivos decidan quitarse la vida.

El estudio empleó pruebas psicométricas para evaluar objetivamente el estado mental de 50 pacientes con depresión que recibían tratamiento hospitalizado, ambulatorio o en servicios de Urgencias. Los participantes tenían entre 20 y 84 años, el 72 por ciento eran mujeres y el 56 por ciento previamente había intentado suicidarse al menos una vez.

«El insomnio y las pesadillas, que a menudo se confunden y van mano a mano, son factores de riesgo para el suicidio». según W. Vaughn McCall, director de la Facultad de Medicina del Departamento de Psiquiatría y Comportamiento de la Salud en la Universidad de Georgia Regents (EE.UU).

Los participantes tenían un grado moderado de los síntomas del insomnio, en promedio, utilizando el Índice de Severidad del Insomnio. A pesar de que la desesperanza se relaciona con las ideas suicida, no apareció significativamente vinculada al insomnio, las creencias disfuncionales o las pesadillas, pero las tres variables del sueño sí se correlacionaron con pensamientos suicidas.

Los investigadores detectaron que cuando el insomnio y los pensamientos suicidas eran considerados de forma aislada, el insomnio fue, como era de esperar, un predictor de pensamiento suicida. «Resulta que el insomnio puede conducir a un tipo muy específico de la desesperación y la desesperanza por sí mismo, por lo que es un poderoso predictor de suicidio», concluye McCall.

Cómo prevenir el suicidio

Las pesadillas y las creencias y actitudes disfuncionales sobre el  sueño pueden representar nuevas dianas para la prevención del suicidio.

Pero, además, existen señales de alarma a las que debemos prestar atención. En primer lugar, se acepta, falsamente, que la persona que quiere cometer un suicidio no lo anuncia. Pero, de hecho, se calcula que el 90% de las personas que se suicidan son reincidentes (provienen de intentos fallidos) o habían expresado anteriormente su intención.

Además, el abuso de drogas, cambios bruscos de humor o actitud, la autolesión o la colocación de asuntos personales, despedidas… Son señales de alarma que podrían indicar una intención de suicidio.

El suicidio y otros trastornos

La depresión es otro gran factor de riesgo de suicidio. Cabe señalar que el 90% de las personas que se suicidan padecen algún tipo de trastorno mental. Especialmente, la depresión. Otros trastornos que se dan con fecuencia en casos de suicidio son el trastorno bipolar, la esquizofrenia, y el trastorno límite de la personalidad.

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