“Él solo buscaba que lo quisieran y cuidasen”. Las vivencias de Marta Fort y el recuerdo de su padre.

Sin cumplir 20 años, la hija del recordado artista parece haber atravesado más de una vida. Entre problemas de salud, una autoestima frágil que condicionó sus relaciones y una incipiente carrera como cantante, Marta Fort evoca el pasado y pretende sacudirlo con un futuro promisorio.

“Me encantaba ver a papá salir a los escenarios y sentir esa emoción que él generaba en la gente. Y es un camino que vengo imaginando desde entonces”, señala a propósito de Ricardo Fort y su corta pero extravagante vida mediática. 

Sin embargo, los efectos colaterales terminarían afectando la relación con su padre:  “Me hacía muy mal verlo tan público, tan de todos. Yo quería una vida privada con él, como la de cualquiera. Era muy chiquita cuando echaba a los fotógrafos con mentiras, diciéndoles que papá no había llegado, que no estaba, que se fueran”.

Además, Marta agrega que “todo se hacía mucho la cabeza. Se levantaba pensando: ”¿Qué puedo hacer hoy para que hablen de mí?. Y entonces daba tiros para todos lados hasta explotar. Finalmente él reconoció ese desbande y sintió mucho arrepentimiento de haber perdido tanto tiempo pendiente de los medios y rodeado por quienes, quizás, no valía la pena, en vez de preocuparse por cuestiones internas. Por su salud. Por su familia. Su gran miedo era que la gente se olvidase de él”.

“Él solo buscaba que lo quisieran y cuidasen”. Sin embargo en ese afán, a veces su casa estaba desbordada de gente. “Es muy turbio que hubieran tantos desconocidos dando vueltas. Los chicos no son tontos y hubo cosas que no estaban buenas ver a esa edad. Mi hermano y yo no disfrutábamos de todo eso y se lo decíamos”, afirma.

Otra de las consecuencias por ser hija de alguien popular incidió en su autoestima: “Me decían gorda y yo bajaba de peso. Me decían flaca y volvía a subir. Me hice dependiente de todo eso que se escribía sobre mí. Lo pasaba pésimo, porque creía que era yo la que estaba mal. Era demasiado chiquita para entender el odio”.

Esos mensajes de odio la perjudicaron tanto que “a los 14 años tuve anorexia y lo pasé terrible. Bajé más de 20 kilos en muy poco tiempo. No me daba cuenta de que era un palo. ¡Ni piernas tenía! Hasta los directivos del colegio me citaban para preguntarme si yo estaba comiendo bien. Ahí dije ´Listo, se pudrió´.

Su veta artística se centra en “Chocolate”, la sonora del tercer capítulo de 20/20 Films. En tanto que “Mi homenaje”, apela al nexo entre ella y Ricardo: “Una intervención muy graciosa que resume todo eso que le gustaba a papá”. 

Como síntesis, un extracto de la letra es elocuente: “Si viniste a preguntarme qué es ser millonaria, uff… ¡ay! Alto red flag / Comandante de este circo delirante / En la cabeza de la gente, memes en la mente / Que nadie pida disculpas por lo que siente. En la calle te decían: ‘¡Sos el presidente!’ / Comandante, ay / Para vos lo importante siempre fue la libertad y no el chocolate / Quiere chocolate. Y yo no sé si tanto chocolate. Yo no sé si choco-chocolate. Yo no sé si quiere chocolate”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *