“El Tango de Oscar Wilde”, la última entrega de Gonzalo Garcés.

“Si yo pudiera elegir, mi deseo sería que este libro fuera leído como un producto del deseo de recuperar libertad, humanidad y belleza, en una época nefasta. Y creo que ese deseo fue compartido entre los oyentes y yo”, relata Gonzalo Garcés al tiempo que desnuda su amor por la lectura. Y esa retroalimentación que se produce con la historias de los oyentes de las columnas semanales en Radio Mitre.

“Si yo pudiera elegir, mi deseo sería que este libro fuera leído como un producto del deseo de recuperar libertad, humanidad y belleza, en una época nefasta. Y creo que ese deseo fue compartido entre los oyentes y yo”, describe Garcés.

Además, se hace espacio para la gratitud: “Yo le debo una segunda vida a Jorge Fernández Díaz, no lo voy a olvidar nunca. Porque me dio un espacio donde me planté para narrar de otra manera, sin la idea preconcebida y grandiosa de lo que debía ser mi novela, que me pesaba, pero con otra clase de responsabilidad: la de inventar una cosa cada semana, llueve o truene, cada martes inventar una historia y contarla. Y también llegar a los oyentes”.

Garcés establece lo instantáneo como algo vital “porque cuando es tan instantáneo sabés enseguida qué cosas de tu historia tocaron a los otros y qué cosas no. No significa contar historias pensadas para agradar; cuento las historias que me interesan a mí, pero sé que la forma de contarlas va a hacer que lleguen a mis interlocutores. Ahí se desarrolla un músculo conversacional, podríamos decir, que para mí valió muchísimo, me quitó solemnidad y me hizo más fuerte para narrar”.

En línea con sus sentires, añade: “Esto que voy a decir puede parecer hasta levemente demagógico, pero entonces viva la demagogia, porque para mí es real. Las respuestas de los oyentes de radio rara vez son análisis sesudos del texto o de las metáforas, son reacciones: me gustó, me reí, lloré, me hiciste acordar a mi infancia, me sacaste por un rato de mi realidad. Esas reacciones no mienten, las emociones no se fingen”.

Acerca de ‘El Tango de Oscar Wilde’, Garcés remarca: “La primera historia de este libro se llama El secreto de la vida, y para mí es como una broma secreta con Borges: él tiene un cuento famoso que se llama El Inmortal, donde un hombre bebe de las aguas sagradas y se vuelve inmortal, entonces es testigo de la historia universal. A mí me dieron ganas de escribir sobre un inmortal, pero combinado con una música que es todo lo contrario de la elegancia borgeana, una música, para decirlo en pocas palabras, hasta un poco mersa, que es la música country”.

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