Fin de año y metas inconclusas: cómo manejar el estrés laboral

Con el calendario anual a punto de concluir, el tiempo parece no ser suficiente, lo que puede desencadenar cuadros negativos que impactan notablemente en el organismo.

Decenas de mails, la necesidad de hacer en un mes todo lo que no se hizo en los once anteriores, las cuentas, la economía, la presión por alcanzar el logro comprometido, el muy conocido cierre del año, entre tantas otras cosas, generan situaciones y condiciones muy negativas para las organizaciones y para los individuos.

Es bien sabido que el estrés es una reacción positiva del organismo que prepara a las personas para protegerse de los estímulos externos. Pone en estado de alerta a lo que pudiera suceder y preserva de los efectos negativos de esos estímulos. Pero qué sucede cuando hay exceso de estímulos? Llega fin de año y con él situaciones indeseadas que alimentan la carga y convierten al estrés normal en una carga imposible de llevar, produciéndose el “distrés” o estrés negativo.

La Organización Mundial de la Salud describe al estrés laboral como aquel que afecta negativamente a la salud psicológica y física de los trabajadores, y a la eficacia de las entidades para las que trabajan.

A sabiendas de esto, las empresas y los mismos individuos, deben reforzar la atención para sostener y recrear ámbitos de salud que los protejan del distrés que el exceso de estímulos pudiera generar. Sin embargo, muchas veces es difícil reconocer el panorama por el que están pasando las organizaciones.

Saber leer lo que está sucediendo es la clave

(Shutterstock)

“En principio, se requiere de líderes que entiendan el concepto, que puedan leer “entrelíneas” las manifestaciones de su gente y sepan dosificar y administrar los estímulos y la presión a sus equipos. Plantear metas estresantes o sobre exigir al equipo puede tener, a esta altura del año, consecuencias muy negativas para la consecución del logro buscado y para el bienestar de los equipos. La pérdida de foco, la imposibilidad por lograr los objetivos, la generación espontánea de conflictos entre los colaboradores, la aparición de situaciones de riesgos en la salud y la seguridad laboral (como accidentes nunca antes vistos), entre otros efectos, son clara evidencia del estrés organizacional”, dijo a Liliana Cárdenes, especialista en Recursos Humanos.

Por otro lado, Santiago Bianco, también experto en RRHH, explicó que, en los individuos, este estrés negativo se presenta con manifestaciones típicas y muy claras: “La pérdida de concentración, la reducción de la atención, disminución de la memoria, una mayor irritabilidad y generación de relaciones difíciles o conflictos superfluos, la dificultad para conciliar el sueño o el descanso, una imposibilidad para llorar o dejar de llorar, entre otros, son evidencias que nos podrían indicar que estamos frente a niveles de estrés negativo, por lo cual se debería actuar en consecuencia”.

Cómo hacen las organizaciones y los individuos para escaparse de este síndrome?

Office workers are stressed and overworked, the deadlines cannot be kept

Ambos profesionales coincidieron en que estar atento a lo que sucede en el día a día es una prioridad esencial. Por ende, vivir enfocado en el hoy dejando de lado el pasado que ya fue, o el futuro aún incierto, es clave para empezar a tomar control sobre el tema.

“También es importante ordenar las actividades para reducir la presión, saber priorizarlas, dosificar los cambios, ayudar a administrar el tiempo y promover ámbitos y actividades relacionadas con el bienestar y la salud organizacional, todos factores que ayudan enormemente a superar el momento”, explicó Bianco.

Por otro lado, los individuos deben -además de estar atentos al aquí y ahora- adoptar algunos buenos hábitos para superar el momento. Esto se puede aplicar con una correcta rutina del descanso, sumado a una alimentación equilibrada y una actividad física adecuada que son la base para administrar los niveles de estrés. Adicionalmente, se puede reducir o eliminar el estrés, buscar la felicidad en cada pequeña vivencia o situación, aprender a decir no o a evitar situaciones críticas, preveer o prepararse para abordar situaciones emocionalmente complejas, entre otras situaciones, también aportan tranquilidad y ayudan a resolver las situaciones de distrés.

“En las organizaciones, los líderes deben estar atentos a estas manifestaciones y preparados para responder ágilmente. Manejar las iniciativas y articularlas con las necesidades de sus colaboradores tornarán a las empresas en más saludables, lo que permitirá que mejorar el nivel de aporte energía y capacidad de sus talentos”, concluyó Cárdenes.

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