La mortalidad por insuficiencia cardiaca afecta más a las mujeres

Esta enfermedad supone el 35% de las muertes cardiovasculares totales que se producen entre la población femenina.

La insuficiencia cardiaca se produce cuando nuestro corazón es incapaz de bombear sangre en los volúmenes apropiados para satisfacer las necesidades del metabolismo. Se trata de un proceso que generalmente empeora con el tiempo, pero llevar a cabo cambios en nuestro estilo de vida (realizar ejercicio físico, reducir el consumo de sal, adelgazar y mantener el estrés bajo control) puede resultar muy beneficioso. 

Parece que las mujeres se llevan la peor parte de esta dolencia. Según apunta un estudio reciente llevado a cabo por el Instituto del Corazón de la Universidad de Ottawa (Canadá), las tasas de mortalidad por insuficiencia cardiaca son más altas en el caso las mujeres que en el de los hombres. Asimismo, las tasas de hospitalización se han incrementado en ellas, mientras que han disminuido en ellos. «Se trata del primero de una serie de estudios para examinar las diferencias de género en los casos de insuficiencia cardíaca, resultados, atención y acceso en Ontario», apuntaba la doctora Louise Sun, del Instituto del Corazón.

La investigación ha visto la luz en la publicación científica CMAJ (Canadian Medical Association Journal), que destaca que la insuficiencia cardiaca es una causa muy importante de enfermedad y muerte: de hecho, representa el 35% de las muertes cardiovasculares totales que se producen entre la población femenina. Asimismo, explica que estudios recientes reflejan que las tasas de insuficiencia cardiaca se han reducido, pero falta información acerca de cómo estas han repercutido en el caso de los hombres y en el de las mujeres. 

Las cifras 

Con el objetivo de entender estas diferencias, los investigadores de la Universidad de Ottawa analizaron los datos de más de 90.000 pacientes diagnosticados con insuficiencia cardiaca en Ontario durante un periodo de cinco años (de 2009 a 2014). Hallaron que el 47% de los casos eran mujeres y era más probable que fueran mayores, que tuvieran ingresos económicos inferiores y que sufrieran diversas enfermedades crónicas. 

En los años 2011 y 2012 se registró una cifra menor de casos de insuficiencia cardiaca, pero en 2013 volvió a aumentar. Dentro del año de seguimiento después del diagnóstico, el 16,8% de las mujeres (es decir, 7.156) habían fallecido, mientras que en el caso de los hombres la cifra fue de 7.138 (un 14,9%). Asimismo, durante los años del estudio las tasas de hospitalización de las mujeres superaron a las de ellos. Por ejemplo, en 2013, las tasas fueron de 98 mujeres por cada 1.000 por 91 hombres por cada 1.000.

Los autores resumen sus hallazgos con estas palabras: «Hallamos que la mortalidad por insuficiencia cardíaca sigue siendo alta, especialmente en mujeres, que los ingresos hospitalarios por esta razón disminuyeron en los hombres pero aumentaron en las mujeres, y que las mujeres y los hombres tenían diferentes comorbilidades asociadas”. E insisten en que, para mejorar los resultados actuales de las mujeres, los nuevos estudios deberían centrarse en las diferencias de género en su conducta a la hora de intentar alcanzar un estado saludable, el tratamiento médico y la respuesta al tratamiento.

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