Los gobiernos podrían disminuir los niveles de obesidad en el mundo

Esta es la principal conclusión del último estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el que se expone la preocupación por la lozanía de los habitantes del planeta, cuyos índices de obesidad no dejan de crecer.

El estudio, realizado por un equipo de investigadores de Estados Unidos e Irlanda, plantea que los gobiernos podrían frenar, e incluso revertir, la creciente epidemia de obesidad en el mundo, tomando medidas para combatir el consumo de comida rápida.

Para ello compararon tanto las transacciones de comida rápida como el índice de masa corporal (IMC) de los habitantes de 25 países con ingresos altos en el periodo comprendido entre 1999 y 2008.

Las conclusiones fueron muy claras: teniendo en cuenta que un IMC de 30 es considerado ya obesidad, los resultados del estudio revelaron que el IMC promedio ha aumentado de 25,8 a 26,4 en ese lapso de tiempo de casi 10 años.

“A menos que los gobiernos tomen medidas para regular sus economías, la mano invisible del mercado continuará promoviendo la obesidad en todo el mundo, con consecuencias desastrosas para el futuro de la salud pública y la productividad económica”, afirmó tajante el Dr. Roberto De Vogli del Departamento de Ciencias de la salud pública de la Universidad de California (EEUU).

Las políticas públicas centradas en la alimentación y la nutrición, promoviendo incentivos económicos para productores de alimentos saludables y frescos, eliminando los incentivos a las industrias de comida rápida y regulando más estrictamente la publicidad de la llamada “comida basura”, podrían ayudar a la desaceleración de la epidemia de obesidad que asola el mundo actual.

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