Los humanos y las aves comparten los mismos genes del habla

¿Hay paralelismos entre la adquisición del lenguaje en los humanos y la aptitud para comunicarse mediante cantos en las aves? Según un estudio llevado a cabo el el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), tales parecidos existen incluso a nivel genético, pues hasta 55 genes –entre ellos, el FOXP2, conocido como “gen del lenguaje”– muestran un patrón similar en la actividad cerebral humana y la de las aves capaces de aprender nuevas vocalizaciones.

Ya Darwin decía en El origen del hombre (1871) que los sonidos emitidos por las aves constituyen, en varios aspectos, la analogía más cercana al lenguaje. Asimismo, el profesor de lingüística del MIT Morris Halle afirmaba que «todas las lenguas humanas tienen un número finito de patrones de acentuación y rítmicos, al igual que sucede en el canto de los pájaros”. Pues bien, ahora un estudio reciente del MIT publicado en Science aporta otra similitud más, en este caso genética.

Andreas Pfenning y sus colaboradores han comparado los mapas de actividad genética –transcriptomas– del tejido cerebral de tres aves capaces de aprender vocalizaciones: el pinzón cebra, el periquito y el colibrí de Ana (Calypte anna). Luego compararon también estos mapas genéticos con otros tomados de aves y primates que no pueden aprender nuevas vocalizaciones, y con los mapas genéticos de los cerebros de seis personas que donaron tejido al Allen Brain Institute de Seattle (EEUU). 

Con todo eso, los científicos comprobaron que el FOXP2 o gen del lenguaje es uno de los 55 genes que muestran un patrón similar en la actividad del cerebro de los seres humanos y de las aves capaces de vocalizar. Por el contario, dichos genes muestran diferentes patrones de actividad en los cerebros de animales incapaces del aprendizaje vocal.

Estos resultados sugieren que los pájaros cantores pueden ser un modelo animal perfecto para el estudio de la genética que subyace a la producción del habla. La cuestión es interesante por sus potenciales aplicaciones médicas en trastornos como la enfermedad de Huntington, que afectan a la capacidad de hablar. Los experimentos con aves cantoras podrían desvelar los genes particulares implicados en esos trastornos.

Y es que el lenguaje no es solo una construcción cultural, sino que está basado en parte en capacidades que los humanos compartimos con otras especies. De hecho, según otro estudio del MIT, el lenguaje humano habría surgido de una combinación entre las formas del canto de los pájaros y de la comunicación de otros primates. De las aves se derivaría la parte melódica de nuestra lengua; de los primates no humanos, la parte pragmática, portadora del contenido del discurso. En algún momento de los últimos 100.000 años, ambas capacidades se fundieron para dar lugar al lenguaje humano tal como lo conocemos.

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