Los niños que crecen en un ambiente feliz serán personas adultas más sanas

Un nuevo estudio muestra que los niños que de pequeños mantienen una buena relación con sus padres suelen tener una mejor salud cuando crecen.

Desde hace años, distintas investigaciones han mostrado que los niños que crecen en un entorno más acomodado suelen comer de forma más adecuada y presentan mejores habilidades sociales. Ahora, un estudio impulsado por el sociólogo Matthew A. Andersson, de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad Baylor, en EE. UU., sugiere que, además, la relación que los niños mantienen con sus padres puede afectar decisivamente a su salud, incluso durante décadas. Así, aquellos que se encuentran más arropados por sus progenitores y viven en un hogar confortable suelen seguir en su día a día rutinas que les benefician a largo plazo, por ejemplo a la hora de comer, cuando hacen ejercicio o se van a la cama.

En un ensayo publicado en la revista Journal of Health and Social Behavior, Andersson indica que, por el contrario, los menores que no se encuentran cómodos en casa porque no mantienen un vínculo adecuado con sus padres no suelen alimentarse bien –tienden a ingerir más comida basura, por ejemplo– y sus horarios son mucho más irregulares. Esto merma su calidad de vida y afecta negativamente a su vida social y emocional. Es más, el amor paternofilial parece corregir el impacto negativo que puede tener en el desarrollo infantil el hecho de crecer en un ambiente socioeconómico más empobrecido.

Andersson, que ha estudiado esta relación en más de 1.600 individuos, señala que los niños que son víctimas de abusos suelen presentar más problemas de salud en el futuro aunque hayan crecido en un hogar económicamente más acomodado.

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