Los pensamientos negativos pueden aumentar aumentar el riesgo de tener alzhéimer

Un estudio relaciona los pensamientos negativos repetitivos con el deterioro cognitivo y la acumulación en el cerebro de proteínas asociadas al alzhéimer.

Un nuevo estudio dirigido por la University College de Londres ha descubierto que el “pensamiento negativo repetitivo” (RNT) está relacionado con el declive cognitivo, así como con el depósito en el cerebro de tau y amiloide, proteínas dañinas asociadas al alzhéimer.

La investigación, que ha contado con el apoyo de la Alzheimer’s Association, el equipo de investigación de la University College de Londres, el Institut national de la santé et de la recherche médicale (Inserm) y la Universidad McGill, ha sido realizada contando con más de 300 personas mayores de 55 años.

Durante dos años, los participantes respondieron a preguntas sobre cómo suelen pensar acerca de experiencias negativas, centrándose en patrones RNT como rumiar el pasado y preocuparse por el futuro. También completaron pruebas sobre síntomas de depresión y ansiedad.

Se evaluó la función cognitiva, midiendo la memoria, la atención, la cognición espacial y el lenguaje. 113 participantes también se sometieron a escáneres cerebrales PET, para medir los depósitos de tau y amiloide, dos proteínas que causan el tipo más común de demencia, el alzhéimer, cuando se acumulan en el cerebro.

Los investigadores descubrieron que las personas que mostraban patrones de RNT más altos, es decir, tenían pensamientos negativos continuamente, experimentaban más declive cognitivo durante un período de cuatro años, declive en la memoria (uno de los primeros signos de alzhéimer), y eran más propensos a presentar depósitos de amiloide y tau en el cerebro.

Además, los investigadores apuntan a que estos pensamientos negativos que se repiten todo el tiempo también podrían aumentar el riesgo de alzhéimer porque actúan sobre los indicadores de estrés fisiológico, como puede ser la hipertensión arterial. Otros estudios han descubierto que el estrés fisiológico puede contribuir a que se deposite amiloide y tau en el cerebro.

Por todo esto, los investigadores ven positivas las prácticas de entrenamiento mental como la meditación, para ayudar a crear esquemas mentales que se asocien a lo positivo, regular los pensamientos negativos y ver si así se puede reducir el riesgo de sufrir demencia.

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