Más cepo: el cierre de las importaciones agravó la corrida y marca los límites del modelo de Guzmán

A las dificultades de financiamiento se sumaron mayores controles sobre las importaciones. En este contexto se dispararon la cotización de los dólares financieros y el precio de la divisa que se comercializa en el mercado ilegal.

La decisión de Martín Guzmán de plegarse al pedido de Cristina Kirchner e imponer un duro cepo a las importaciones, disparó una corrida importante que hizo superar al dólar blue los 230 pesos, disparó el riesgo país por encima de los 2400 puntos básicos y desplomó el valor de los bonos en dólares.

En efecto, hace poco más de una semana, luego de la paliza que le dieron los inversores con una huída de los bonos atados al CER -la estrella de las colocaciones públicas- y una fuga a los diversos dólares financieros, el ministró cedió a la presión del Banco Central y habilitó una suba del 3% sobre la tasa de interés para tratar de convencer al mercado que vuelva a comprarle sus emisiones de deuda en pesos.

Sobre este escenario, Guzmán se reunió con los representantes de los bancos, a quienes les preguntó por su preferencia por las Leliq en lugar de apostar a los bonos del Tesoro. Los banqueros le explicaron: “Las razones son dos, en primer lugar el BCRA no reperfiló nunca, y en segundo término ofrece plazos mas cortos”.

En la compresión de los plazos se hacen visibles los problemas de financiamiento -es decir de confianza- que tiene el Gobierno. “Antes te prestaban a 90 días, después a 60 y ahora a lo sumo se tiran a una quincena”, afirmó una fuente del mercado. Los economistas consultados coincidieron en que la aceleración en el acortamiento de los plazos genera una mayor presión sobre la emisión”

La disparada del dólar de este lunes amplió la brecha con el dólar oficial que ya llega al 84%, justo cuando el FMI venía reclamando que se acelere el ritmo de devaluación para achicarla. En enero el FMI, avizorando este escenario como posible, pidió acelerar la devaluación para acortar la diferencia de precios con los mercados paralelos. En ese momento, Guzmán negoció no acelerar la devaluación bajo el argumento de que iba a fogonear la inflación, pero ofreció a cambio bajar aún mas la emisión. Las dificultades que enfrenta para financiarse lo alejan de esa promesa -necesitará emitir para financiarse- y la breca lejos de ceder creció.

La corrida que no cede lo ubica además en un lugar complejo, justo cuando Sergio Massa está tratando, con el aval de Cristina y los gobernadores, lograr que Alberto haga cambios en el equipo económico. Un economista cercano al kirchnerismo afirmó: “A esta altura Guzmán debería darse cuenta que con el discurso Zen no alcanza. Más que armonizada y tranquila, la macroeconomía es un desorden absoluto”, afirmó.  

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *