Otzi era italiano y lo mataron a traición

Un nuevo estudio sobre la momia congelada hace 5.000 años en los Alpes revela que Otzi era de la Toscana y que le dispararon una flecha por la espalda.

La momia más estudiada del mundo sigue dando que hablar. Para celebrar el 25 aniversario de su descubrimiento, en 1991, investigadores de todo el mundo reunidos en un congreso en Bolzano (Italia) han revelado las últimas novedades sobre este  europeo que vivió hace 5.300 años. Entre las nuevas sorpresas, la primera es que quizá no fuera de los Alpes, como se creía hasta ahora, sino de la Toscana, en el centro de Italia. La segunda es que probablemente no trabajaba el metal, como se deducía por los altos niveles de arsénico y cobre hallados en su pelo. Y la tercera, que seguramente fue asesinado a causa de un conflicto personal que mantuvo pocos días antes de su muerte. Los expertos también han revelado que aunque su peso era normal y llevaba una vida activa, sufría una extendida calcificación vascular.

Según el antropólogo Albert Zink, de Eurac Investigación, responsable científico del congreso, Ötzi está tan bien conservado que sirve como modelo para desarrollar métodos de estudio que luego podrán ser utilizados en otras momias. Pero, ¿quién era este » hombre de hielo»? ¿Cuál era su función en la sociedad de su tiempo? ¿Qué le pasó en sus últimos días de vida? Un nuevo dato sorprendente recién descubierto alude a la poderosa hacha de cobre que portaba. Al parecer, el metal utilizado para fabricar la hoja no procede de la región de los Alpes ni del Tirol, sino del centro de Italia. Según Gilberto Artioli, de la Universidad de Padua, el cobre procedía de un mineral extraído en el sur de la Toscana. Para establecer su origen, los científicos italianos tomaron una pequeña muestra de la hoja y compararon la proporción de isótopos de plomo -la huella de los depósitos de mineral que se mantiene inalterada en cualquier objeto fabricado a partir del mineral- con los datos de otros depósitos de minerales en Europa y en la región mediterránea. La conclusión indudable apuntaba al sur de Toscana.

En ese caso, que está por confirmar en un segundo análisis, ¿era Ötzi un comerciante de la región en torno a la actual Florencia? ¿Qué vínculos comerciales mantenían los habitantes de la región alpina con el sur?

Por otro lado, hasta ahora los expertos sostenían que Ötzi debería haber estar implicado en el proceso de fundición del cobre, por los niveles de arsénico y cobre encontrados en el pelo de la momia, lo que podría deberse a haber respirado el humo que se libera al fundir el metal. Pero ahora Wolfgang Müller, de la Universidad de Londres, ha examinado no solo el pelo sino también las uñas, piel y órganos de Ötzi mediante espectrometría de masas con láser y otras técnicas novedosas para comprobar una posible contaminación con metales pesados.

Sus hallazgos, hasta ahora provisionales, sugieren que no se puede asegurar que Ötzi hubiera trabajado él mismo el metal. Había altos valores de arsénico en la uña, pero no en otras muestras de tejido. En cuanto al cobre, solo estaba presentes en las extremidades, por lo que es posible que los niveles de este material en su cuerpo pudieran deberse a las influencias ambientales durante los más de 5.000 años transcurridos desde su muerte.

Además, una nueva tomografía computarizada del Hombre de hielo ha detectado que, aparte de la calcificación vascular en las arterias del estómago y las piernas, mostraba tres pequeñas áreas de calcificación cerca de los tractos de salida del corazón. Esto apoya la idea de que Ötzi tenía predisposición genética a las enfermedades cardiovasculares, lo que le había provocado una arterioesclerosis generalizada. En cuanto a su muerte, ya sabíamos que Ötzi fue asesinado por una punta de flecha clavada en su hombro izquierdo. Pero recientemente Alexander Horn, inspector jefe del Departamento de Investigación Criminal de Munich, ha investigado el caso utilizando los últimos métodos forenses. Según su hipótesis, no parece probable que se sintiera amenazado previamente, porque su posición en el lugar de Tisenjoch donde fue encontrado indica que había estado descansando después de disfrutar de una buena comida.

Todo apunta a que no se imaginaba lo que le esperaba. En los días previos al asesinato había sufrido una lesión en la mano derecha, quizá por haber tenido que defenderse durante el curso de un altercado con otro individuo. No aparecen más lesiones, lo que parece indicar que no fue derrotado en ese enfrentamiento. El flechazo mortal que recibió debió ser lanzado desde lejos y por la espalda. Dado que junto al cuerpo se encontraron objetos de valor como el hacha, hay que excluir el robo como posible móvil. Más bien tuvo que influir el enfrentamiento previo, un patrón de comportamiento que prevalece hoy en la mayor parte de los casos de asesinato, según Horn.

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