Para Eva Illouz “las aplicaciones representan una especie de rotación muy alta de parejas”.

La socióloga Eva Illlouz desarrolló un análisis sobre el amor, la comercialización de los vínculos sentimentales y su concepción de capitalismo afectivo. La escritora afirma que “las aplicaciones de citas se han convertido, mucho más que hace veinte años, en algo realmente común en la vida sexual romántica de las personas. Así que creo que podemos observar una expansión extraordinaria, no solo una expansión, sino también una banalización de estas aplicaciones”.

Para Illouz “no significa necesariamente que las personas las encuentren más gratificantes hoy que antes. Quiero decir, hay una pequeña porción para la que las aplicaciones han tenido éxito, pero también hay un buen número, creo que probablemente la mayoría, para quienes las aplicaciones representan una especie de rotación muy alta de parejas”. 

Sin embargo, ensaya una conclusión que tal vez explique la insatisfacción de quienes echen mano a estos recursos tecnológicos: “Estas personas que usan las aplicaciones realmente están cambiando de manera drástica sus patrones de citas en los que una rotación de encuentros, encontrándose con muchas personas, sin elegir, sintiéndose incluso agotados por el proceso de citarse con alguien”.

Como derivado, afirma: “Diría que hay un desencanto aún más profundo en el proceso de citas, veinte años después. Diría también que una de las grandes innovaciones de Tinder fue haber hecho este proceso mucho más rápido, mucho más estandarizado y mucho más eficiente. 

La Docente de sociología y antropología en la Universidad Hebrea de Jerusalén, indica acerca de la invención de Tinder: Este deslizamiento hacia la izquierda y hacia la derecha de la pantalla, y ese deslizamiento en realidad enfatiza la visualidad de los rasgos mucho más que el perfil, mucho más que las palabras. Y también hace todo este proceso de búsqueda de pareja, mucho más eficiente y mucho más rápido. Entonces, en cierto modo, realmente ha aumentado la rotación de parejas.

En torno a los efectos negativos en las redes sociales que emergen entre cancelaciones y haters, Illouz destaca que “la mayor parte de nuestro comportamiento depende mucho de las normas. Y las normas son realmente lo que mantienen unidas las relaciones. Las normas significan que incluso si me ofendes, me abstendré de golpearte en la cara porque me has ofendido”.

Y agrega que ese “anonimato significa una eliminación de las normas. Creo que esa es la razón por la que encontramos tantas emociones negativas expresadas en internet. Es porque lo que nos sostiene son nuestras normas. Y estas normas no tienen porqué estar presentes cuando no se conoce tu identidad social”.

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