Para Florencia Canale “una mujer que lee es una mujer peligrosa para los demás y una mujer fascinante para ella misma”.

Tras su paso por Bogotá, en la Filbo, la escritora compartió sus vivencias sobre su último trabajo, “Bastarda”, en la 47ª edición de la Feria Internacional del Libro.

Canale puso el foco en la trascendencia de las mujeres en Latinoamérica: “Algunas se rebelaron contra el poder político o fueron más desafiantes que otras que se rebelaron por un asunto amoroso, a algunas les fue mejor y a otras peor”. 

Además, añadió: “Pero me parece que ni siquiera ellas eligieron eso que les sucedió, sino que fueron elegidas por tal situación, ya sea enamorarse del hombre incorrecto o estar en el momento y lugar de la revolución de un proceso independentista y tener ganas de empuñar armas, no de curar enfermos. Me parece que fueron mujeres dominadas por la pasión, por la urgencia”.

Acerca de la protagonista de Bastarda, Manuela Sáenz, apuntó: “Tuvo la suerte de haber tenido un padre que se ocupó de ella, porque el siglo XIX estuvo repleto de hijos e hijas bastardas y en general eran ignorados. En cambio él paga la educación de su hija en el convento y la transforma en una niña con inquietudes curiosas, lectora”. 

“La lectura cambia el destino de su vida, le permite ampliar la imaginación y emprender viajes impresionantes a partir de esas lecturas y decidir que su vida no iba a estar signada por la impureza de este nacimiento, sino que ella estaba dispuesta a demostrarse y a demostrarle al mundo que era una hija legítima”, precisó Canale.

Acerca del rol de Manuela en Bastarda, explicó: “Una mujer que lee es una mujer peligrosa para los demás y una mujer fascinante para ella misma. Ella aprende a leer o tiene acceso a los libros en el convento, donde estaban los libros prohibidos. Lee el Quijote, lee en latín a Plutarco, y así se convierte en una mujer inquietante”.

A propósito del vínculo entre la protagonista de la historia con José de San Martín, detalló: “Es una relación compleja porque nuestro Libertador la nombra caballeriza de la Orden del Sol junto a otras mujeres, y esa orden era privativa de los varones. Estas mujeres habían integrado un movimiento de choque o de espionaje en Lima, donde se conseguía información de los españoles para luego transmitírselo a los patriotas”. 

“Manuela expone su cuerpo y su vida en varias oportunidades y entonces San Martín decide que va a abrir esta moción para las mujeres, gracias a la recomendación y el consejo de uno de sus ministros, Bernardo de Monteagudo. Monteagudo era un gran seductor pero además un visionario, le parecían fundamentales las mujeres para el proceso independentista y le propone a San Martín este nombramiento”, concluyó.

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