Para Pampita: “Pase lo que pase, te equivoques o aciertes, hay que animarse”.

La modelo ratifica su vigencia, cuya retrospectiva de 2 décadas refleja la capacidad de reinvención constante. Entre la actuación su rol como conductora, los proyectos que la estimulan a nuevos desafíos y el componente vital: la familia.

“Toda la vida pude hacer lo que quise. Rompí prejuicios (incluso propios), hice lo que me parecía en determinados momentos, a pesar de que muchos me decían que estaba en el camino errado. Yo siempre seguí mi intuición, y me parece que eso está re bueno, porque pase lo que pase, te equivoques o aciertes, hay que animarse”, reveló al medio El Planeta Urbano.

A Carolina Ardohain se le detecta ese fuego en la mirada, del que ama lo que hace:  “No sé hacer las cosas a medias, es todo al cien por ciento. Si me embarco en un proyecto, la pasión lo puede todo. Toda la vida pude hacer lo que quise. Rompí prejuicios, hice lo que me parecía en determinados momentos, a pesar de que muchos me decían que estaba en el camino errado. Yo siempre seguí mi intuición, y me parece que eso está re bueno, porque pase lo que pase, te equivoques o aciertes, hay que animarse.” 

Pampita resalta el factor disciplina como uno de sus baluartes.  “Vino del ballet, esa cosa de hacer barra todos los días, de ensayar incluso los sábados, de dormirte temprano porque al día siguiente había que madrugar. Lo físico y emocional que tiene el ballet, que es tan difícil, tan exacto y minucioso. Eso me sirvió como enseñanza para todos los ámbitos de mi vida”.

Su ajetreada agenda no concibe resignar tiempo con su familia: “Soy una soñadora. Cuando llegué a Buenos Aires no sabía qué iba a pasar con mi vida, pero mis sueños fueron el gran motor. Y ahora tengo otra fuente de energía inagotable, infinita, que son mis hijos. Puedo estar trabajando todo el día, pero llego a casa y, estando con ellos, todo lo que pasó durante el día desaparece, no existe, no importa. Estar un rato con ellos, charlar de cualquier trivialidad, me pone los pies en la tierra”.

Y agrega: “A mí me gusta vivir en familia, la soltería no me acomoda, pero eso va en cada uno. A mí me gusta pasar el domingo abrazada, viendo a los chicos en el jardín, proyectar vacaciones todos juntos… Hay gente que disfruta más de estar solo, pero en mi caso prefiero estar en pareja”.

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