Ponen a la venta el primer salmón transgénico

Pese a los recelos que suscita entre ciertos colectivos, el primer animal genéticamente modificado apto para el consumo humano puede comprarse ya en Canadá.

AquaBounty Technologies, compañía radicada en el estado norteamericano de Massachusetts, acaba de anunciar que ha puesto a la venta en Canadá alrededor de 4,5 toneladas de salmón genéticamente modificado. Estos especímenes de salmón común o del Atlántico (Salmo salar) son los primeros animales transgénicos que se comercializan para el consumo humano, a un precio de 11,70 dólares por kilo, y su llegada a los mercados se produce 28 años después de que AquaBounty Technologies empezara a hacer los exámenes de su nuevo producto alimentario, entre obstáculos regulatorios, recelos de los consumidores y protestas de organizaciones ecologistas. De hecho, la empresa, que consiguió la aprobación de Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) en 2015, ha estado a punto de quebrar en varias ocasiones. Canadá autorizó su producción seis meses después de EE UU.

El salmón de AquaBounty Technologies incorpora ADN del salmón real (Oncorhynchus tshawytscha), una especie gigante del océano Pacífico, y del pez Zoarces americanus, aportaciones genéticas que afectan al funcionamiento de la hormona del crecimiento. Esta alteración permite a los ejemplares de AquAdvantage –ese es su nombre comercial– crecer al doble de velocidad: alcanzan su tamaño mínimo comercial en 18 meses, en vez de los 3 años que les lleva a sus congéneres sin modificaciones. No necesitan ser etiquetados como transgénicos, ya que, a juicio de las autoridades, son indistinguibles biológicamente de los peces no modificados.

Temores y demandas

Pero la oposición sigue siendo muy fuerte entre distintos colectivos norteamericanos y canadienses. Por ejemplo, el grupo Center for Food Safety, con sede en Washington DF, interpuso el año pasado una demanda al FDA para que revocara su decisión. A su parecer, no se han tenido en cuenta los riesgos medioambientales que acarrea la cría del salmón transgénico: se teme que pueda escaparse de las piscifactorías y produzca un impacto negativo en los ecosistemas naturales. Los críticos apuntan a la posibilidad que se produzca una negligencia humana o un desastre natural como un huracán, por ejemplo.

Ante estas preocupaciones, los responsables de AquaBounty Technologies aseguran que sus lugares de cría, una serie de tanques situados en Panamá, cuentan con las medidas de seguridad adecuadas, incluidas alambradas de espinos y vigilantes con perros. Además, los ejemplares transgénicos son en teoría hembras estériles, aunque esto no se garantiza al cien por cien.

La compañía norteamericana pretende ampliar la producción del AquAdvantage a instalaciones de la isla canadiense del Príncipe Eduardo, donde las autoridades locales dieron la luz verde el pasado mes de junio, y en una piscifactoría de Albany, en el estado de Indiana.

Tras su introducción en Canadá, el objetivo es llevar el salmón transgénico también a los mercados estadounidenses, pero se prevén duras batallas legales y la oposición de consumidores y distribuidores. Varias cadenas de supermercados, como Target, Whole Foods, Trader Joe’s o Safeway, ya anunciaron hace años su intención de no venderlo cuando estuviera disponible.

Ron Stotish, el director ejecutivo de AquaBounty Technologies, cree que esos temores son infundados: al ser criado en tanques y no en jaulas submarinas, el AquAdvantage incluso tiene menos riesgo de ser afectado por parásitos y patógenos que los salmones convencionales, entre otras ventajas. 

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