¿Por qué el estrés contínuo genera depresión?

Ante una situación puntual de estrés, se incrementa la actividad cardiaca, la respiración se vuelve agitada, aparece sudoración en las manos y la boca se seca. Pero cuando el estrés es continuado las cosas pueden empeorar y desembocar en una depresión. Científicos de la Universidad de Washington (EE UU) dan a conocer hoy en Nature el mecanismo molecular que explica el vínculo entre una situación de estrés crónico y los trastornos depresivos. Se trata de un péptico llamado hormona liberadora de corticotropina (CRH), que se sintetiza en el cerebro estresado y que afecta a la liberación de dopamina en el núcleo accumbens, una región del cerebro relacionada con la motivación, la recompensa, el placer y el comportamiento social.

En circunstancias normales, cuando algo excitante o motivador nos sucede, o cuando un acontecimiento nos despierta curiosidad, la CRH se une a un receptor cerebral y desencadena la liberación de dopamina, que nos hace sentir bien. Sin embargo, cuando el estrés se alarga en el tiempo, este mecanismo falla, la dopamina se deja de liberar y, alterada la cascada química que nos aporta la sensación de bienestar y placer, todo cuanto nos rodea deja de resultarnos interesante. Los investigadores han calculado que el efecto dura en torno a tres meses tras un episodio de estrés, y que explica por qué puede conducir a sufrir depresión.

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