¿Por qué hoy se celebra el Día del Dirigente Deportivo en Argentina?

En homenaje a José Pepe Amalfitani, ex presidente de Vélez Sarsfield, ejemplo de capacidad, honestidad y tesón. 

Por Guillermo Tagliaferri

En la República Argentina hoy se celebra el Día del Dirigente Deportivo, en homenaje a José Pepe Amalfitani, ex presidente y orgullo de Vélez Sarsfield y reconocido por todo el ambiente futbolístico del país por sus cualidades como directivo, quien falleció el 14 de mayo de 1969, tras una prolongada enfermedad.

Marca registrada de este dirigente bajito de estatura y alto de personalidad fueron su honradez y sus valores morales; también su carácter fuerte y pasional. Y su picardíapara conseguir donaciones y mano de obra para beneficio del crecimiento de la infraestructura de Vélez Sarsfield, en una época que el club de Liniers estuvo al borde de la desaparición.

«Cada chico ganado a la calle es un título obtenido», «El cemento es mudo pero elocuente» y «Cada socio nuevo equivale a un campeonato», repetía con firme y contagiosa convicción. Esas frases quedaron como parte de su legado.

Poca plata para el fútbol, mucha para las obras

Tenía fama de amarrete para el fútbol profesional y de mano abierta para las obras. De todos modos, antes de fallecer, alcanzó a disfrutar el primer título de campeón de la historia de su Vélez en el Torneo Nacional 1968. Don Pepe siempre privilegió destinar el dinero a comprar materiales de construcción para levantar obras antes que dedicarle un presupuesto alto al fútbol profesional.

El personaje de baja estatura y ojos vivaces que centellaban detrás de unos gruesos anteojos defendía como un león herido el dinero del Club Atlético Vélez Sarsfield, su refugio desde su niñez en Villa Luro.

Dos célebres frases de Amalfitani, pintadas sobre una de las paredes del estadio.

Fue presidente de Vélez en dos oportunidades, breve el primer período y muy extenso el último. Ocupó el cargo máximo entre 1923 y 1925, con sólo 29 años de edad. Su carácter duro encendió chispas de discrepancia con colegas y socios y eso lo alejó durante un tiempo.

La resurrección de Vélez

Pero no resistió ver a su Vélez en un momento delicadísimo, el peor de su historia, y regresó, cargado de fuerza y determinación. El equipo había descendido, en su única vez, a Primera B y no tenía cancha ya que acababa de perder su mítico Fortín de Villa Luro. El fantasma de la desaparición acechaba…

Amalfitani no se amedrentó ante este tremendo panorama. «No vine al velorio de Vélez, sino a sacarlo de esta situación», afirmó seguro. Volvió ser elegido presidente en 1941, renovando su mandato hasta su muerte en 1969. Sobre un terreno pantanoso y despreciado en Liniers consiguió levantar el nuevo estadio y las instalaciones deportivas y culturales. Ofreció su patrimonio personal como garantía. Y alternaba sus actividades profesionales –fue comerciante, periodista, maestro mayor de obras y gastronómico– con su trabajo incansable en el club de sus amores.

Dos célebres frases de Amalfitani, pintadas sobre una de las paredes del estadio.

Son famosas las anécdotas de la época que cuentan cómo Pepe Amalfitani lograba que los camiones desviasen su recorrido y descargaran escombros para el rellenado del pantano. O su gestión para una donación de material en desuso de los cercanos Ferrocarriles, incluyendo una antigua locomotora, para tapar esa superficie fangosa y donde muy pocos pensaron que se podría levantar una sede deportiva.

La decisión y el reconocimiento de la AFA

En homenaje a su monumental tarea en la dirigencia, en 1972 la AFA decretó que el 14 de mayo sea considerado el Día del Dirigente Deportivo. Hoy, a 53 años de su desaparición física, continúa siendo ejemplo. 

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