¿Qué es la narcolepsia?

Este trastorno del sueño tiene un diagnóstico muy tardío, de unos 6 e incluso 10 años desde que hayan comenzado a aparecer los síntomas.

La narcolepsia es una enfermedad neurológica incluida entre los trastornos del sueño que se caracteriza por una somnolencia diurna excesiva y alteraciones del sueño en la fase REM. Está considerada una enfermedad rara debido a que se suelen encontrar entre 20-30 casos por cada 100.000 personas y aunque en la mayoría de casos se empieza a sufrir en la adolescencia, el diagnóstico es muy tardío (de unos seis o diez años desde que comienzan a aparecer los síntomas). En España existen unos 25.000 casos registrados, pero se estima que solo se corresponde al 20% de los casos totales.

La narcolepsia se caracteriza por la somnolencia excesiva que hace que las personas tiendan a dormirse durante breves periodos de tiempo en casi cualquier situación, la parálisis del sueño (esa sensación que sufre el afectado al dormirse o al despertar por la que cree no poder moverse ni hablar) y las alucinaciones hipnagógicas (al dormir) e hipnapómpicas (al despertar). Los casos más graves derivan en cataplejía, que es la pérdida repentina del tono muscular, que suele afectar a los músculos faciales pero también puede ocurrir en las extremidades causando caídas, lesiones o traumatismos graves.

Aunque en principio no es una enfermedad mortal, las consecuencias pueden ser muy perjudiciales para los afectados tanto física como psíquicamente. La ausencia de autocontrol a la hora de quedarse dormido puede resultar peligrosa si los desvanecimientos se producen al realizar actividades cotidianas que requieren atención, como conducir. Además, el temor de las personas que padecen narcolepsia a quedarse dormidos hace que suelan recluir sus actividades y relaciones sociales, recluyéndose. Se ha encontrado una incidencia considerable de ansiedad o depresión entre los pacientes de narcolepsia. Por este tipo de situaciones es importante concienciar a la población de cómo prevenir y tratar esta enfermedad e intentar adelantar su diagnóstico.

Uno de los grandes problemas de la narcolepsia es el diagnóstico tardío. Su síntoma más conocido, el sueño diurno excesivo y los ataques “irresistibles” de sueño, es la causa principal por la que los pacientes visitan al médico aunque esta situación suele posponerse durante años al achacar el problema a estrés laboral o simple falta de sueño. Los distintos síntomas de la narcolepsia (a los ya mencionados habría que añadir trastornos de alimentación o sonambulismo) aparecen paulatinamente y dificultan el diagnóstico temprano.

¿Qué la provoca?

Este problema neurológico parece estar fuertemente influido por un factor genético y tener su origen en la pérdida de las neuronas que sintetizan hipocretina. Esta hormona excitante influye en la vigilia y su ausencia es uno de los causantes principales de este trastorno crónico del sueño. A pesar de los muchos avances conseguidos durante las últimas décadas, todavía se desconoce el desencadenante de ese proceso.

Tampoco existe una cura definitiva contra la narcolepsia, sino una serie de medicamentos paliativos para los síntomas más graves que ayudan a quienes la sufren a llevar una vida con la mayor normalidad posible. Se recomienda que el tratamiento sea personalizado para cada paciente y que combine el aspecto farmacológico con estrategias conductuales.

Pero lo más importante sigue siendo la concienciación de la población para que acudan al médico cuanto antes. En parte para ello es para lo que se creó el Día Europeo de la Narcolepsia, que se celebra el 18 de marzo de cada año.

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