¿Qué ventajas posee la monogamia?

En culturas que permiten a los hombres tener varias esposas, la competición intra-sexual parece aumentar el número de crímenes, la violencia, la pobreza y las desigualdades de género frente a lo que sucede en las sociedades que practican la monogamia.

La monogamia, la costumbre cultural que permite a una persona estar legalmente casada con un solo cónyuge a la vez. En la naturaleza, el tipo de asociaciones en las que un solo macho y una hembra forman una asociación estable, es poco común en la mayoría de las especies, excepto en las aves, donde al menos el 90 % son socialmente monógamas. 

Sin embargo, la especie humana, a pesar de ser un mamífero, se considera monógama. Por ejemplo, aunque la monogamia social es común y la poligamia rara en las aves, ocurre lo contrario en los mamíferos; una gran parte de los mamíferos son polígamos. Solo un puñado de especies de mamíferos, incluida la mayoría de las sociedades humanas, son socialmente monógamas. 

A nivel evolutivo, se cree que las parejas monógamas son más efectivas para el desarrollo de la cría, dado que el macho y la hembra se mantienen juntos con el fin de criar y proteger a la descendencia, lo que hará que esta tenga más probabilidades de prosperar.  

No obstante, esta no sería la única ventaja que presentaría la monogamia. A nivel sociocultural, en culturas que permiten a los hombres tener varias esposas, la competición intra-sexual parece aumentar el número de crímenes, la violencia, la pobreza y las desigualdades entre hombres y mujeres frente a lo que sucede en las sociedades que practican la monogamia. 

Al menos, así concluía un estudio de la Universidad de British Columbia (Canadá) publicado en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society en 2012. El antropólogo cultural Joseph Henrich y sus colegas aseguran que los matrimonios monógamos son beneficiosos para las sociedades porque reducen los problemas sociales. 

«La escasez de mujeres casaderas en las culturas polígamas incrementa la competencia entre los hombres por las mujeres no casadas», según Henrich. El aumento de la competencia en estas circunstancias hace que los hombres sean más propensos a tener comportamientos criminales, para obtener más recursos y mujeres. Eso explicaría por qué en las sociedades polígamas se dan niveles significativamente más altos de violaciones, secuestros, asesinatos, asaltos, robos y fraudes que en los grupos humanos monógamos, hoy mayoritarios en todo el mundo
 
Por otra parte, Henrich argumenta que la principal ventaja cultural de la monogamia es una «distribución más equitativa de las mujeres que reduce la competitividad masculina y disminuye los problemas sociales asociados». También implica un aumento de la edad a la que contraen matrimonio las mujeres. Además, favorece la planificación a largo plazo, la productividad económica, el ahorro y la inversión de los esfuerzos (y los recursos económicos) en los hijos. 

La poligamia fue anulada en Nepal en 1963, en la India (parcialmente) en 1955, en China en 1953 y en Japón en 1880 en favor de la monogamia, que no solo tiene un componente cultural muy poderoso (y, posiblemente, también biológico), sino religioso. Por ejemplo, la actual legislación canónica permite la ordenación de hombres casados al diaconado y al sacerdocio, siempre que hayan contraído matrimonio una sola vez y que sus esposas no sean viudas ni divorciadas. 

Estas estipulaciones reflejan el principio general de la monogamia absoluta, que la Iglesia oriental consideraba como una norma cristiana a la que los candidatos al sacerdocio deben cumplir estrictamente. Los diáconos y los sacerdotes no pueden casarse después de su ordenación. Los obispos se seleccionan entre el clero soltero o los sacerdotes viudos. La regla que define el requisito de un episcopado soltero se emitió en un momento (siglo VI) cuando los monjes representaban la élite del clero. 

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