«Russian Doll», una joya que no se puede dejar pasar

Tras una larga espera, se estrena una nueva temporada de la serie creada y protagonizada por Natasha Lyonne.

Por Sofía Colombo

«Russian Doll« (Muñera rusa), es una verdadera mamushka que cada vez que se abre, con el pasar de los episodios, es una verdadera sorpresa.

Esta serie que llegó a la plataforma de streaming, Netflix, en 2019 entre silenciosa y tímida, no podría estar más lejos de serlo. La comedia negra creada por Natasha Lyonne, Amy Poehler y Leslye Headland trae una bocanada de aire fresco entre los infinitos contenidos que se nos ofrecen.

Esta serie, protagonizada por la misma Natasha y acompañada por un reparto de lujo, entre quienes se destaca Chlóe Sevigny, no decepciona en ningún momento. Por eso, rápidamente logró posicionarse como una de las producciones más sobresalientes y originales para ver en Netflix.

Después de una larga espera, se acaba de estrenar la segunda temporada, que es aún más explosiva que la primera. Para quienes esperan al fin de semana para maratonear desde el sillón, con esta recomendación ya no tienen que perder horas buscando qué ver.

De qué trata

La primera temporada encuentra a Nadia Volvokov (Natasha Lyonne), en el festejo de su cumpleaños número 36, a pesar de no estar de acuerdo para nada con la situación. Después de lograr escaparse de la fiesta, es atropellada por un taxi, causando su muerte.

Sin embargo, en ese momento, ingresa en un loop temporal cuando se da cuenta de que continúa viva, sin entender cómo es posible. Una y otra vez, Nadia muere y regresa al mismo lugar, frente al espejo de un baño. Desesperada por encontrar una explicación, conoce a Alan, un joven en su misma situación. Lo que parece ser una segunda oportunidad para ambos, se convierte en una tortura.

En la segunda temporada, un poco más canchera, Nadia está por cumplir 40 años. Sin embargo, sigue viviendo en este loop en el que quedó atrapada hace cuatro años. Pero esta vez, lleva la apuesta más allá.

En los escenarios más oscuros de Nueva York, Nadia entiende que tiene asuntos pendientes por resolver antes de morir. En esta búsqueda, descubre que subiéndose al subterráneo puede viajar al pasado. De repente se encuentra con las mujeres que marcaron su vida, se enfrentará con su madre y su abuela. Sin embargo, sus acciones sobre el pasado tendrán repercusiones en el presente.

Qué la hace única

Sin spoilers, se pueden mencionar varios motivos por los cuales esta serie se diferencia de las tantas otras con las que comparte pantalla.

Con una mayoría femenina tanto en el equipo técnico como en el reparto, Natasha Lyonne, Amy Peohler y Leslye Headland dieron vida a una de las series más originales de estos últimos tiempos por prestar especial atención a cada detalle.

Entre referencias musicales, literarias y cinematográficas, Nadia Volvokov (Natasha Lyonne), esta protagonista excéntrica que se desplaza por las calles de Nueva York como si le pertenecieran, le aporta en cada diálogo un tono de cinismo y sarcasmo que convierte a la serie en una comedia negra, con un humor inteligente que pareciera estar en peligro de extinción.

Su look, entre vampiresa y femme fatale, construye una mujer plenamente independiente, libre y empoderada que genera atracción por sus ideas e inteligencia, sin caer en su cuerpo como herramienta de atracción. Además,  combina a la perfección con los escenarios del under neoyorkino.

Greta Lee y Natasha Lyonne, en una escena de la nueva temporada.

El fantástico trabajo hecho detrás de cámara es para ser destacado, los resultados se ven en pantalla. Las elecciones de las locaciones no son azarosas. Toda la vida de la protagonista gira en torno a la ciudad de Nueva York, y en esta última temporada se entiende el porqué.

La musicalización, es definitivamente uno de los recursos mejor utilizados. No sólo porque la protagonista haya nacido en una gran época de la música, como fue la década de los 80, sino porque las canciones que la acompañan en su constante búsqueda de sentido, dan cuenta del entorno y contexto en el que creció y que hoy la definen por quien es.

La fotografía, el trabajo de guion, de dirección, todo, absolutamente todo, está pensado y puesto por un motivo. No queda ni un cabo suelto.

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