Salve Regina, un espacio para crear y ayudar

El amor al diseño y la vocación de ayudar a las mujeres fueron el motor para un emprendimiento singular.

Por Florencia González

Con un gran interés en ayudar a las mujeres, Samanta Schnabel convirtió el deseo de materializar su amor por el diseño en una comunidad de resiliencia y superación. Así nació Salve Regina.

“Salve” por la oración a la virgen y “Regina” en honor a su abuela paterna y a su segundo nombre, que también es uno de los nombres de la Virgen María. Salve Regina no es sólo una marca de artículos religiosos, rosarios y medallas; es también un lugar de oportunidades para las mujeres.

Emociones detrás del diseño

Objetos con impronta religiosa, con una identidad marcada que ya son parte de los favoritos dentro del gran mundo de Instagram. Acompañada por más de 200.000 seguidores, Samanta habla del valor simbólico de la marca: «Diseñamos y producimos regalos con valor emocional, para acompañar a las personas en los momentos importantes«.

Soltar y emprender

Muchas horas de trabajo, poco tiempo compartido con la familia y siempre el llamado de una pasión que estaba a flor de piel. La renuncia a un trabajo estable por seguir el deseo de un emprendimiento propio, una hipoteca que pagar y la incertidumbre.

En diálogo con El Canillita Digital, Samanta Schnabel, creadora de Salve Regina, irradia una mezcla de familiaridad y religión. Al crear su marca ya sabía, como buena motivadora que es, que también sería un espacio con la premisa de ayudar a salir adelante a otras mujeres.

Moda inspirada en objetos religiosos (Foto Instagram: @salvereginaarg).

¿Qué fue lo primordial para emprender este proyecto? 

Desarrollar tolerancia a la frustración para no desanimarme cuando, por alguna razón, las cosas no funcionaban como quería. Y también rodearme de personas que compartieran los mismos valores que yo, y que fuéramos profesionalizando nuestro trabajo para seguir mejorando. 

¿Alguna vez tuvo dudas?

Cuando empecé, en 2011, con 38 años, no fue fácil comenzar de cero y por muchas buenas intenciones que se tengan, la duda siempre está ahí, latente como una alerta que más de una vez hace trastabillar los sueños.

¿Cómo fueron sus comienzos?

Renuncié a la empresa constructora donde trabajaba para sumarme a la distribuidora de artículos religiosos de mi mamá y empecé a diseñar rosarios y medallas con materiales distintos a lo que se veía en el mercado. A los clientes les gustaron mis ideas y entonces les di identidad.

Samanta renunció a su trabajo para dedicarse de lleno a la marca de sus sueños. Foto: @salvereginaar.

¿Cómo es trabajar con parte de la familia?

Es genial porque nos complementamos, cada uno sabe de su sector, pero todos juntos pensamos las mejores maneras de plantearnos objetivos y llevar adelante los proyectos. Y la confianza que nos tenemos es fundamental para trabajar bien. 

Samantha y su hija comparten los vivos de Instagram. Foto: @salvereginaar.

Regalos con valor emocional

¿En qué se inspira? 

En los colores, en la ternura de la niñez y en la idea de crear objetos que tengan un significado tanto para el que los regala como para el que los recibe. 

Objetos con valor emocional. Foto: @salvereginaar.

¿Qué la impulsó a expandirse en otros países de la región?

Escuchar a los clientes. Cuando teníamos el local cerca de Plaza Armenia, en el barrio de Palermo (Ciudad de Buenos Aires), venían muchos extranjeros y se quedaban enamorados de la marca. En redes sociales nos pedían los productos desde muchos países y desde los comienzos para mí fue muy bueno escuchar para diseñar mejor, así que lo apliqué a la demanda y me animé a probar en otros países. 

Mujeres unidas en comunidad

Con Salve Regina, el mayor orgullo de Schnabel es poder brindar trabajo a esas mujeres que, por ejemplo, por su edad, muchas veces son consideradas fuera del sistema. 

¿Cómo es la comunidad de mujeres que logró formar?

Actualmente, el principal canal de venta es a través de revendedoras (hoy tiene más de 1500), una modalidad que sorprendió a todos los integrantes de Salve Regina, que encontramos en estas mujeres historias de resiliencia y superación. Las motivamos a dar todo su potencial, porque para muchas es su primer trabajo rentado, o la oportunidad de volver al mercado laboral después de haber dedicado su tiempo a cuidar a sus hijos y quieren reinsertarse, o mujeres que perdieron sus empleos y con esta opción de venta directa pudieron crecer.

Un equipo conformado en un 85% por mujeres. Foto: @salvereginaar.

También la comunidad fue creciendo…

Al ver la pasión que entregaban las revendedoras, las ganas de que esta relación creciera fue imparable, así es que compartimos capacitaciones, recursos, tips y apoyo para que cada una pueda lograr sus objetivos. Estoy convencida de que el éxito de Salve Regina se debe a la superación personal de cada una de las personas que la componen.

¿Qué respuesta tiene de esas mujeres?

Me pasa que me llaman mujeres que venden los productos de mi marca y me cuentan que gracias a esto lograron salir adelante, y eso jamás deja de emocionarme. Les agradezco, porque yo sé lo difícil que puede ser convertirse en emprendedora en este país a los 48 años.

A la distancia, ¿cree que tomó la decisión correcta?

Para mí, Salve Regina fue una oportunidad de superación y de demostrarme todo lo que podía. Me dio el espacio que necesitaba para encontrarme a mí misma, para descubrir qué me gustaba hacer como profesional, para conocer personas y formar nuevos vínculos.

Para animar a otras u otros a emprender, ¿cuáles diría que son las claves para confiar en un producto propio y mantenerlo en el tiempo? 

Creé en vos, trabajá duro y cumplí tus sueños. Rodeate de personas en las que puedas confiar y desarrollá tu capacidad de tolerancia siempre con la idea de no bajar los brazos. 

Si tuviera que describir en dos palabras a Salve Regina ¿cuáles serían?

Comunidad y pasión: conformamos una gran familia con todos los que participamos de Salve y nos encanta lo que hacemos. 

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