Tener peso bajo aumenta las probabilidades de tener demencia

¿De qué manera el peso de una persona influye en el riesgo de sufrir demencia? Un macro estudio llevado a cabo por la London School of Hygiene & Tropical Medicine (Reino Unido) ha evaluado la relación entre el índice de masa corporal y el riesgo de demencia, concluyendo que la obesidad en realidad puede ser un factor protector frente a esta enfermedad, mientras que las personas con bajo peso pueden estar en mayor riesgo. El estudio ha sido publicado en la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology.

El alzhéimer es la forma más común de demencia y algunos de los factores que aumentan el riesgo de padecerla han sido bien estudiados: antecedentes familiares y edad avanzada. Ahora, en este último estudio los investigadores examinaron los historiales de la base de datos Clinical Practice Research Datalink, que cuenta con los registros médicos del 9% de la población de Inglaterra. El seguimiento se realizó por un período de 20 años. Los adultos incluidos en el estudio tenían una edad media de 55 años al inicio del estudio y un Indice de Masa Corporal (IMC) de 26,5, esto es, con sobrepeso. Durante los 9 años siguientes, 45.507 personas fueron diagnosticadas con demencia.

Los resultados revelaron que en comparación con los adultos que tenían un IMC saludable (entre 20 y 25), los que tenían bajo peso (IMC inferior a 20) durante la mediana edad eran un 34% más propensos a ser diagnosticados con demencia. Este aumento del riesgo se mantuvo durante los 15 años siguientes.

Además, el riesgo de demencia se reducía de forma constante si su IMC iba en aumento. Así, en comparación con los participantes que tenían un IMC saludable, aquellos que tenían obesidad severa (un IMC superior a 40), eran casi un 30% menos propensos a desarrollar demencia.

“Nuestros resultados también abren una nueva vía intrigante en la búsqueda de los factores de protección para la demencia – si podemos entender por qué las personas con un IMC elevado tienen un menor riesgo de demencia, es posible que al final de la línea, los investigadores puedan ser capaces de utilizar esta información para desarrollar nuevos tratamientos para la demencia” explica Stuart Pocock, líder del estudio.

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