«Tenía una voz distinta para trabajar y una personalidad distinta». Larrea y sus vivencias con Cacho Fontana.

El mítico creador de un estilo en la radiofonía argentina, Héctor Larrea, recordó la relación que lo unió a Cacho Fontana. Entre  la pasión por comunicar e historias inolvidables.

«Nunca me olvido de que el 23 de abril es su cumpleaños porque en esa misma fecha nació mi hija mayor. Siempre lo hablábamos con él. Cuando ella nació yo hacía Rapidísimo en Continental y él estaba con el Fontana Show en Rivadavia. Entonces me mandó uno de sus famosos móviles, para que habláramos del nacimiento de mi hija. Él le daba mucha importancia a todos los acontecimientos familiares de sus amigos algo que siempre le agradecí”, reveló. 

Acerca de la llegada de Fontana a los medios, cuenta: “Él llega poco después que Carrizo a radio El Mundo. Carrizo había llegado en el 48 y él, en el 50 y pocos. Cacho había estado en algunas emisoras chicas como Radio del Pueblo. Cuando lo llaman de El Mundo, da la prueba con López Bretón, el famoso jefe de locutores en la época de esplendor de esa radio».

Y agrega: «Entra como suplente, como entraban todos. Pero al poco tiempo, así como López Bretón se dio cuenta de que Cacho tenía una voz distinta para trabajar y una personalidad distinta, también se dio cuenta el público”.

Pero además, hubo un tercer hombre que completó ese vértice de lujo: «Cacho, con Carrizo, cambiaron bastante el color del aire de radio El Mundo. Cacho fue una novedad absoluta. La primera publicidad que escuché dicha por él era la de un aperitivo. En esa época, yo era oyente de todas las radios, particularmente de radio El Mundo, y sabía distinguir por sus voces a todos los locutores, a todos. Debe haber habido muy pocos locutores de los que yo no conociera el apellido. 

«Pero en esa publicidad esa voz me pareció absolutamente distinta y empecé a preguntar por todas partes cómo se llamaba ese sujeto. Hasta que me dijeron que se llamaba Jorge Fontana, pero le decían Cacho”, precisó. 

Larrea destaca que Fontana “rápidamente va la televisión, y rápidamente entiende lo que es la televisión. Él era un gran seductor. Sabía cómo debía seducir a la gente en radio y cómo debía seducir en televisión. En televisión, ya se sabe, siempre fue un tipo de muy buena pinta.

 Con su imagen de porteño peinado a la gomina, canchero, entrador. 

Además, todos lo suponíamos buen amigo, y le gustaba mucho a las mujeres». 

«Sabía colocar la sonrisa en el momento que la sonrisa debía ir, sabía estar serio cuando tenía que estar serio, sabía todo. Tenía una gran intuición, así como siempre también tuvo una gran intuición periodística. Él tenía un olfato para el periodismo impresionante. Sabía que uno de los elementos de atracción de los medios de difusión, de todos los medios, tanto radio como televisión, era la sorpresa”, apunta el ex conductor de Rapidísimo en Radio Rivadavia.

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