Tips para el cuidado de nuestra salud capilar o la calvicie

Gran parte de las personas piensan que lavar mucho o poco el pelo puede influir en su caída, o hasta que la marca o el tipo de champú que eligan puede modificar notoriamente la su salud capilar.

Generalmente solemos darle mucha importancia al champú. Los champús trabajan de manera externa y, en consecuencia, no poseen la capacidad de penetrar el cuero cabelludo. Es más, que lo hicieran sería peligroso. Como ningún champú llega a la raíz, ninguno tiene la posibilidad de modificar la salud del pelo. Su aspecto sí, pero no su salud.

¿Con qué frecuencia debemos lavarnos el pelo?

La salud del cabello no se encuentra influida, en ningún caso, por la frecuencia de lavado ni tampoco por el tipo de champú. Es un tema de estética e higiene, lo mismo cuando elegimos cambiarse de pantalón. Nosotros decidimos cuándo hacerlo, pero la salud de la piel (del cuero cabelludo) no se ve influida por la frecuencia.

Para quitar la grasa, las abuelas pueden lavarse un día a la semana. Los adolescentes, en cambio, deben hacerlo con más frencuencia, sobre todo porque se encuentran en un momento hormonalmente explosivo. Los niños, antes de la pubertad, casi no tienen grasa en la cabeza y también se pueden lavar un día a la semana.

En el transcurso de la menstruación, las mujeres no necesitarán lavarse la cabeza tan a menudo, ya que no producirán tanta grasa.

¿Por qué se nos cae tanto el pelo?

Las personas suelen confundir el recambio capilar con caída. En realidad, lo más común es que mudemos el cabello. En el momento que éramos animales y vivíamos al aire libre, las mudas tenían más sentido, porque servían para regular la temperatura del cuerpo. De hecho, gran parte de los mamíferos continúan haciendo una muda estacional sincronizada, lo que implica que cada año, durante el mismo periodo, renuevan su pelo. En su caso, el proceso está regulado por el clima.

Los humanos, sin embargo, perdimos esta sincronización, ya que disponemos de calefacción, abrigos, aires acondicionados y demás reguladores de temperatura que no son siempre iguales y que despistan mucho al organismo. Aún así, mantenemos la tendencia a hacer “mudas” del pelo constantes.

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