Tras las idas y vueltas, Elon Musk se apoderó de Twitter y ya tomó fuertes medidas.

Finalmente y luego de varios meses de analisis, negociaciones y conjeturas, Elon Musk, que además es director de las empresas Tesla y SpaceEx, concretó la adquisición de la red social Twitter en una operación que se llevó a cabo en 44 millones de dólares, de acuerdo con la información proporcionada por el prestigioso medio The Washington Post. 

Una de sus primeras decisiones fue echar a un buen número de altos funcionarios de la empresa.

De acuerdo a fuentes fidedignas, los despedidos son Sean Edgett, Consejero General de la compañía, Vijaya Gadde, titular de Política Legal, Confianza y Seguridad, Ned Segal, director de finanzas y El Director General Parag Agrawal.

Queda a las claras que a través de estas determinaciones, el magnate pretende darle una nueva vuelta de tuerca a Twitter e impregnarla de su particular impronta. Su feroz visión acerca de quienes comandaban los hilos de la red social y en consecuencia, acerca de la dosificación de los contenidos, no eran más que un preludio de lo que haría ni bien la comprara.

Durante esta semana tuvo un comportamiento misterioso. Sin embargo el miércoles ingresó en las oficinas de la compañía con un lavabo para dar a entender que se iba a transformar en el próximo dueño que debería “calar”, a partir de una imagen que dio a conocer entre sus más de 100 millones de seguidores. 

El contexto de la adquisición de Twitter ubica a Musk en el relieve de la plataforma que más se asemeja a un medio de comunicación digital y se produce en los días previos a los comicios legislativos en Estados Unidos y el balotaje entre Jair Bolsonaro e Ignacio Lula Da Silva que definirá el futuro presidente en Brasil. 

Dado que ya ha manifestado en diversas y reiteradas ocasiones su mirada sobre Twitter, se prevé que Elon Musk le practicará una especie de ablande a las normas que controlan los contenidos agresivos, tales como los fake news y los mensajes que susciten odio. Además, al tiempo que denunció la denominada “censura” de las compañías de redes sociales, le abrió las puertas al regreso al ex mandatario norteamericano Donald Trump. 

En una carta que difundió en Twitter, Musk agregó que no quiere que, de ahora en más, la red social se transforme en un «infierno sin límites para todos donde se puede decir cualquier cosa sin consecuencias».

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