La salud cardiovascular de las personas que tienen una visión positiva de la vida es significativamente mejor. Eso es al menos lo que sugiere un estudio llevado a cabo por Rosalba Hernández, experta en Salud Pública de la Universidad de Illinois, que consiguió relacionar el estado del corazón y los niveles de optimismo de 5.100 personas.
Para concretar su estudio, Hernández y su equipo examinaron en los sujetos algunos factores implicados dentro del desarrollo de distintas enfermedades cardiovasculares, desde la presión sanguínea hasta el índice de masa corporal, y los correlacionaron con el estado físico general de estos mismos voluntarios y su actitud hacia la vida.
De este modo, hallaron que aquellos que se mostraban más optimistas tenían el doble de posibilidades de mostrar una perfecta salud cardiovascular, y poseían los niveles de colesterol y azúcar en sangre mucho más ajustados que los que no lo eran. Además, se mostraban físicamente mucho más activos y menos proclives a fumar.