«Mi gestión sacará a Río de las páginas policiales y lo colocará en economía como un polo de atracción de inversiones», Lula Da Silva calienta motores de cara al ballotage.
En declaraciones con el medio radial carioca Tupí, el candidato que enfrentará en el ballotage al actual mandatario Jair Bolsonaro, llevará a cabo una estadía en uno de los estados de mayor afluencia de votos en Brasil, Rio de Janeiro. Luiz Inácio Lula Da Silva, número I del partido de los Trabajadores, sostuvo que «vamos a volver a hacer de Río de Janeiro uno de los motores de la economía de Brasil como hice en mi anterior gobierno».
Además, en el marco de sus proclamas, Da Silva especificó que en caso de una eventual victoria que lo posicione como nuevo presidente en la segunda vuelta del próximo 30 de octubre, retornará al plan de edificación de viviendas para el pueblo. Otra de las coordenadas tendrá un punto clave en la economía de Río de Janeiro, puntualmente con el impulso de la industria de gas y petróleo cuya hegemonía es de la compañía Petrobras.
La agenda de Lula señala que durante la actual semana estará en la Baixada Fluminense, localizada en el municipio de Belford Roxo, una zona caliente de sufragios que su partido considera trascendental para derrotar al bolsonarismo en todo el estado. Por otro lado, en el itinerario figura la favela de Rocinha (la mayor de Brasil) situada al sur de la urbe, y las del Complexo do Alemão.
La relevancia en la zona de Baixada Fluminense tiene basamento en el marcado volumen de desempleo sumada a la violencia que ha imperado. Efectos que han deteriorado la esperanza entre los habitantes de los municipios aledaños a la ciudad. Sin embargo, cabe recordar que el desarrollo de la industria petroquímica se vio detenida a partir de la denominada operación Lava Jato a raíz del pago de sobreprecios.
El líder del PT indicó: «Vamos a retomar la industria naval y la construcción de sondas y plataformas con contenido nacional para el desarrollo de Petrobras. Será importante para la generación de empleo y aumento de la calidad de vida la construcción de casas y el subsidio del Estado para que los más pobres tengan vivienda». Luego, se permitió mirar atrás para soslayar que «nuestro programa de cuatro millones de casas fue el más importante de la historia de Brasil».
Por último, para diferenciarse de Bolsonaro, afirmó que «sacará a Río de Janeiro de las páginas policiales y lo colocará en economía como un polo de atracción de inversiones».
