“Los penales es tirar la moneda y rezar que te salga cara o cruz. Así que no, no deseo ir a la tanda». La sinceridad del Dibu Martínez.

Los jugadores de la Selección nacional continúan abriendo la intimidad de lo vivido durante la Copa del Mundo de Qatar a fin del año pasado. En este caso, quien manifestó sus sentires fue el arquero Emiliano Martínez. El marplatense fue decisivo con sus intervenciones en los penales de las definiciones ante Países Bajos y en la final ante Francia.

«Nunca quiero ir a penales, porque es 50 y 50. Yo no puedo decir ‘voy a penales y lo gano’, porque es muy difícil. Yo sé que en cualquier momento me va a tocar perder y lo tengo que aceptar. Y era una final del mundo…», confesó, para sorpresa de muchos, el arquero del Aston Villa de la Premier League.

Luego, añadió en función del cotejo determinante ante los galos que lamentó el fallido cabezazo de Lautaro Martínez: «Me fui de rodillas cuando Lautaro (Martínez) perdió la última porque era ganarlo, y a mí me importa ganar el partido. Los penales es tirar la moneda y rezar que te salga cara o cruz. Así que no, no deseo ir a la tanda».

Pero el arquero no sólo fue fundamental desde su actuación bajo los tres palos sino que su actitud irreverente provocó un efecto contagio en todo el grupo. 

En esa línea de partidos jugados con igual dosis de nervio y músculo, el Dibu remarcó: «La tensión con Países Bajos después del segundo gol. Fue jugar 30 minutos con un sabor muy amargo de tener el partido liquidado y que en la última jugada te empaten para llevarlo a un alargue donde no sabés qué va a pasar y podés quedar afuera del Mundial. Y contra Francia cuando nos empataron de 2-0 a 2-2 fue más fácil porque ya lo habíamos vivido en aquel partido».

En cuanto a esa electrizante final con Francia, comentó sobre ese infartante epílogo: «Cuando nos empataron quedaban cuatro o cinco minutos, no sé bien cuánto faltaba, fue mucha tensión. Ellos estaban con mucha pierna, con ganas de ganar el partido y nosotros queríamos que se terminara. Te pegaron dos golpes tan fuertes y tan rápido que decís ‘por favor, vayamos al alargue ahora’. En el tiempo extra fue mucho más fácil, pero otra vez nos empataron faltando dos minutos y tuvieron dos chances y ufff… Yo ya quería que se terminara».

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