¿Cómo fueron los descubrimientos de las ondas gravitatorias?

Te contamos algunas curiosidades sobre uno de los hitos científicos más relevantes del 2016.

Mucho se ha hablado del descubrimiento de las ondas gravitatorias y, sinceramente, no tengo mucho más que aportar a lo que cualquiera puede averiguar consultando noticias, comunicados, notas de prensa y artículos científicos. 

Sin embargo, sí que quiero poner unas notas de realce sobre ciertos hechos y anécdotas interesantes que creo que han quedado eclipsados por este impresionante descubrimiento.  

El descubrimiento tiene firma española

Se trata del UIB Relativity and Gravitation Group de la Universidad de las Islas Baleares. Durante la frenética jornada del hallazgo fueron miembros de este grupo quienes inicialmente alertaron al resto de sus colegas, tanto en los observatorios de Livingston como en Hanford.

Buena parte de los cálculos de comprobación también tienen marca España

Estas complejas operaciones matemáticas de filtrado de datos y ejecución de modelos cosmológicos se llevaron a cabo en el superordenador MareNostrum del Barcelona Super Computing Center. Estos cálculos requieren varias decenas de miles de cores, albergados bajo la cúpula de la capilla Torre Girona.

Durante una fracción de segundo fuimos más altos y luego más bajos 

La onda gravitacional (o también llamada GW150914 por la fecha de su detección) produjo una serie de contracciones y expansiones del espacio-tiempo y de la Tierra de aproximadamente el diámetro de un núcleo atómico. Por supuesto, nosotros estamos incluidos en este vaivén de 0,05 segundos.

El experimento LIGO es posiblemente el sensor más preciso jamás construido por el hombre

Sin duda, algo capaz de detectar cambios de 1/100000 partes de un nanómetro puede ser considerado la regla de medir más precisa imaginable. Consta a su vez del láser más monocromático, de los espejos mejor pulidos y del sistema de vacío… más «vaciado» de la Tierra.

Un experimento paranoico

El experimento LIGO cuenta con un sistema autónomo de generación de falsos negativos. Dicho de otra manera, se provocan «inyecciones» artificiales de datos que aparentemente dan cuenta de eventos relevantes pero que en realidad son completamente falsos. Estas alteraciones de las medidas son completamente ajenas al experimento y a los científicos del proyecto, de ahí que se las llame «inyecciones ciegas»

¿Cuál es el objetivo de esta operativa aparentemente paranoica? Pues muy sencillo. Con estos auto-engaños y esta auto impuesta «ceguera» ante los mismos se consigue que los investigadores estén entrenados y más alerta todavía. También, de cara a la opinión pública, es una manera de demostrar que, llegado el día en que una onda gravitacional real fuera detectada, previamente se había hecho todo lo posible por asegurar su autenticidad.  Estás secuencias erróneas se introducen mediante ligeros movimientos de los espejos que componen el detector. Es decir, son inyecciones físicas (o «por hardware») y no simulaciones por software (que podrían tildarse de fácilmente pirateables).

Hubo otra onda gravitatoria

Sí, hubo otra onda gravitatoria de menor intensidad dos meses después (G197392) pero que debido a su poca intensidad no le fue dada la relevancia científica que tocaba. 

La detección de la GW150914 fue casi una casualidad

Sí, en realidad la versión 2 de los detectores LIGO o «Advanced LIGO» (que fue la que en realidad detectó la GW150914) comenzó a estar operativa pocos días antes de la detección de la primera onda gravitatoria. Si se hubieran «encendido» estos experimentos renovados tan sólo unos días después, no estaría escribiendo estas líneas ni el lector las estaría leyendo. El experimento LIGO en su versiones anteriores, no detectó nada. 

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