“El fracaso de la secundaria se empieza a explicar porque los chicos llegan sin comprender textos”. El desolador diagnóstico de un especialista.

Las carencias económicas de una familia que por cuestiones intelectuales podría ubicarse tiempo atrás en la franja de una clase media intelectual, hoy en día es una foto en sepia. En los últimos lustros, lo que se amplió es el margen de pobreza del que se deriva un alarmante índice de indigencia. 

Es por ello que no causa sorpresa el análisis del ex rector del Colegio Nacional de Buenos Aires, Gustavo Zorzoli. Su foco apuntó a quienes llegan a sexto grado y qué tiempo demanda. Y luego, aquellos que obtienen puntajes positivos en los exámenes Aprender.

«Es muy complicado el panorama. Casi seis de cada diez pibes pasan a la secundaria sin los conocimientos necesarios en lengua y matemática. Te imaginarás cómo arrancan, cómo enfrentan ese nuevo modelo de escuela y ahí uno empieza a explicar el fracaso de la secundaria. Los chicos llegan sin un desarrollo apropiado del pensamiento lógico matemático, pero sobre todo sin saber leer y escribir ni interpretar textos”, señaló. 

Uno de los líderes  del Observatorio de Argentinos por la educación, reveló: «Esa herramienta que la escuela primaria garantizaba en la Argentina el siglo pasado, hoy no lo hace. Eso tiene como telón de fondo que 2 de cada 3 pibes en la Argentina son pobres. La escuela tiene que remar un contexto socioeconómico muy complejo, con familias sin trabajo, sin determinadas rutinas. La situación exige medidas urgentes, no podemos seguir como hasta ahora”.

Además, agregó: «Hay que evaluar no solo a los chicos, sino también a los docentes, íntegramente a las instituciones educativas y sobre todo a las que forman a nuestros docentes. Hay que pensar en nuevas formas de enseñar que vuelvan a darle a la escuela argentina el lugar que ocupó. En especial que cumpla funcionalmente lo que tiene que hacer la escuela: que los chicos aprendan a leer, escribir e interpretar textos”.

En esa dirección, Zorzoli cuestionó algunas formas anticuadas de enseñanza que merecen ser revisadas: “En los últimos 30 años se aplica en la Argentina un método que se llama constructivismo. Habría que revisarlo porque evidentemente los resultados que estamos encontrando no son para nada buenos. Si uno se compara con nuestros vecinos, con Ecuador, con Uruguay, con Chile o Paraguay, nos damos cuenta de que no solamente estamos en una peor situación que ellos, sino que además vamos para atrás”.

Asimismo, expresó que entre el ámbito público y el privado no difieren los resultados: «Muchas veces algunos sectores mandan a sus hijos a la escuela privada y creen que se salvan, pero sin embargo cuando uno analiza los números no es así. Si bien en las escuelas públicas los resultados son peores, lo que se ve es que los colegios privados no resuelven el tema. Acá hay un problema en la propia estructura de la escuela primaria”.

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