Allanaron un edificio donde explotaban mujeres en Villa Crespo: descubrieron pruebas que relacionan a Carlos Blaquier con la secta

Actualmente la justicia se encuentra investigando qué conexión existe entre el empresario y la Escuela de Yoga de Buenos Aires. Por otro lado Baquier fue acusado de secuestrar y desaparecer personas en la época de la dictadura.

La policía descubrió que Carlos Blaquier era un visitante recurrente en el edificio de Villa Crespo, ubicado en Estado de Israel 4457, donde operaba la secta llamada Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA), la cual explotaba sexualmente de mujeres. En ese lugar, al magnate se lo apodaba como “Azúcar”, ya que es el propietario de la empresa Ledesma. Blaquier se percibía como una persona poderosa dentro de la secta, hasta construyó un “palacete” para poder mantener relaciones sexuales con una chica que en ese entonces no era mayor de edad.

Un testigo anónimo expuso a Blaquier frente a la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas. Lo caracterizó por ser quien “frecuentaba más a menudo el edificio”. Por lo general se presentaba de entre dos o tres veces por semana.

Habitualmente Blanquier tenía tres relaciones a la vez con 3 “alumnas”, reveló el testigo. “Alumnas” era una manera de llamarlas, ya que las mujeres eran atraídas por la secta para luego ser explotadas sexualmente y generarle ganancia a su jefe Juan Percowicz. El testigo reveló que la joven que Blanquier frecuentaba, lloraba cada vez que tenía un encuentro con el. Quien se encontraba al mando y sabía todo lo que pasaba en el edificio era Susana Mandelievich, quien le repetía a la joven que no llore, ya que “no tenía tiempo para decidir si le gustaba el lujo”.

Por lo general, Blanquier permanecía largos ratos en cada estadía en el edificio de Villa Crespo. De acuerdo con el testigo, llegaba a las diez de la mañana y podía llegar a irse después de las cinco o seis de la tarde. Además el magnate había remodelado el edificio para su propia comodidad, y creó un especie de “palacete” para la joven con la que él frecuentaba, por ende tuvo que dejar a sus compañeras y pasar a estar sola en una habitación para ella. El departamento era grande ya que Blanquier disponía de varias habitaciones para su confort. Los dormitorios se conectaban con el quinto y sexto piso por medio de una escalera.

 En el momento que la Policía Federal llevó a cabo el allanamiento del lugar, pudo comprobar que lo que había contado el testigo era verídico. También, se encontraron cuadros y varias fotos donde aparecía el empresario, había sillas, servilletas y valijas que tenían las letras iniciales de él. “Pareciera que Blanquier se la compró, ella es de él”, manifestó el testigo.

Durante el allanamiento se encontró el cuaderno íntimo de la joven que frecuentaba con Blanquier, donde contaba cómo y cuándo fue trasladada a EEUU para que la explotaran sexualmente. Además, en el diario contaba las “contras” de su nueva ubicación, “no hay palacete” escribió.

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