“Cuando la obra es buena no tiene fecha de vencimiento”. Virus y un regreso que promete emociones.

Marcelo Moura, quien le puso la voz a una de las bandas más emblemáticas de los ochenta en el país, desgrana las sensaciones que flotan en torno a la gira que la banda llevará a cabo por Estados Unidos, España y Latinoamérica. El 31 de marzo el Luna Park vibrará en formato retro con Virus.

Moura expresa, al tiempo que se recompone de un estado gripal: “Una vez que te subís al escenario no existe ningún dolor entrás en un estado de trance. Federico subía a cantar con 40 grados de fiebre y vos le tocabas la frente y no tenía nada. Yo me rompí la pierna en el segundo tema de un show y me enteré cuando terminé de tocar. El escenario es un lugar muy mágico.”

En línea con una repercusión que traspasa generaciones, el cantante revela: “La respuesta es increíble y superó ampliamente nuestras expectativas. Nos llama la atención que en los últimos shows que dimos el promedio de edad del público es de entre 20 y 30 años. Emociona ver que chicos tan jóvenes son fanáticos de Virus y se saben todas las canciones”.

“Cuando la obra es buena no tiene fecha de vencimiento, y la nuestra quedó grabada en el público. Diferente es el caso de un artista que se hace popular por una moda. En cambio, nosotros prácticamente no somos conocidos, pero sí lo son nuestras canciones”, relata.

Y luego añade: “En estos 42 años, la música de Virus nunca dejó de sonar y la audiencia conoce por lo menos treinta o cuarenta temas de nuestro repertorio, algo que no es muy usual. Y la verdad es que, si bien nos criticaron por muchas cosas, nunca lo fue por parecernos a alguien. Ahí creo que partimos de un punto muy importante: hay un solo Virus”.

A propósito del tejido del estilo de la banda, Moura indica: “Cuando nosotros formamos el grupo tuvimos una visión común de la música, influenciada por una enorme y dispar cantidad de músicos que dio como resultado un estilo absolutamente personal. Nuestra conducta también ha tenido una coherencia que se ha sostenido con el correr del tiempo. Nunca transamos con nadie para ser exitosos. Cuando hicimos el primer disco, Wadu Wadu, la compañía discográfica nos dijo que si no cambiábamos las letras y la música íbamos a tener que rescindir el contrato, y eso fue lo que hicimos”.

Por último, detalla el marco social que lograron quebrar desde lo cultural: “Cuando nosotros aparecimos, el panorama nacional era hippie y depresivo. Yo estaba en la secundaria, bajaba en los recreos al patio, veía a un grupo de gente con una guitarra y me quería pegar un corchazo porque era de una tristeza absoluta. Siempre que aparece algo nuevo genera rechazo, es un común denominador en los artistas que tienen una personalidad única”.

“A nosotros nos denigraban parte de la prensa y los mismos músicos. Me acuerdo de que con Julio siempre decíamos que era una señal de que algo estábamos moviendo porque en un grupo que no gusta, la reacción es la indiferencia, pero si hay gente que se fanatiza y otra que te odia significa que estás tocando alguna fibra sensible, ¿no?”, concluyó.

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