El presidente con muchas trabas en su gobierno: maneja la crisis, el déficit, la presión social y las exigencias del FMI

El Gobierno dice que no ajustará, sino que «reformulará» la contención social. Se vienen aumentos de tarifas y precios relativos.

El gasto público de 2020 ante el impacto de la pandemia será récord y el Gobierno ya avanza en lo que será un recorte complejo, con promesas de ser quirúrgico, mientras la pobreza va en alza, el sindicalismo presiona y el FMI exige metas fiscales, monetarias y cambiarias.

Hay una discusión puntual: a menos de un año de las elecciones, la oposición habla de ajuste y el Gobierno lo niega. “La baja del déficit no es porque gastaremos menos, es porque habrá aumento de ingresos”, dijo a este diario un funcionario con despacho muy cercano al del presidente Alberto Fernández.

Y agregó: “No hay plan de ajuste. Nosotros necesitamos que salarios y jubilaciones crezcan en términos reales porque el 70% PBI es consumo interno”. En ese momento, terminaban de revisar en la Casa Rosada el plan para incrementar exportaciones.

Martín Guzmán, ministro de Economía, se refiere al Presupuesto 2021 como un “puente a la consistencia macroeconómica y la estabilidad”. Dice que el déficit debe corregirse por mejora ingresos, no por recorte nominal del gasto.

Cómo se tapa el agujero

El Presupuesto plantea un déficit primario del 4,5% y un rojo financiero del 1,5%, redondeando un agujero del 6% del PBI. Guzmán y el Fondo negocian para que el rojo primario sea del 3,8%. Cada punto de rojo equivale a unos 199.000 millones de pesos.

En plata, Argentina tendrá en 2021 necesidades de financiamiento por $6,3 billones (16,7% del PBI). Esto será financiado con nuevo endeudamiento intra sector público por $3,7 billones, incluyendo los Adelantos Transitorios (AT) del Banco Central.

En relación a la asistencia financiera del Banco Central al Tesoro, habrá financiamiento neto mediante emisión monetaria pura (AT) por $400.000 millones en 2021 (1,1% del PIB). Además, se estiman giros de utilidades por $800.000 millones (2,1% del PIB).

Cambios que vienen

En enero se iniciará el descongelamiento de tarifas de luz, gas y agua, dado que el nivel de subsidios respecto del PBI (1,7%) no crecerá. Y antes de fin de año habrá una nueva suba de combustibles, por aumento de precio y carga tributaria.

Darío Martínez, secretario de Energía, es el encargado de este capítulo. Y no anda con vueltas: “El que tenga capacidad económica tendrá que pagar más”, dijo el jueves en una reunión Asociación de Distribuidoras de Gas (ADIGAS).

En Economía y en Casa Rosada responden que esa asistencia desaparece como tal pero se “migra” a otras herramientas. Se incorporó 1 millón de beneficiarios a la AUH y el nuevo Potenciar Inclusión Jóven pagará $8.500 a, por ahora, 600.000 beneficiarios

En el Gobierno confirmaron que en diciembre Desarrollo Social va a duplicar el monto de la Tarjeta Alimentar, por lo que los beneficiaros madres con un chico menor de seis años recibirán $8.000 y quienes tienen dos o más chicos percibirán $12.000.

el ATP, que también surgió en la pandemia, se reconvierte en el Programa de Recuperación Productiva II, que pagará hasta $9.000 durante dos meses a empleados de empresas con problemas, aunque con estrictos requisitos a cumplir.

Equilibrio y actividad

“Hay una situación muy dura pero hay equilibrios muy delicados que mantener para que haya estabilidad en Argentina”, argumentó Guzmán. Lo dijo horas después de reunirse por primera vez en su despacho esta semana con Julie Kozack y Luis Cubeddu del FMI en su despacho por los u$s45.000 millones que adeuda el país.

En el Gobierno trabajan con una máxima: que en el primer trimestre la vacuna contra el Covid-19 estará disponible y la economía podrá acelerar. En el lavagnismo estiman que si eso ocurre Argentina podría crecer a un ritmo cercano al 10% anual en el segundo trimestre.

Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, mira tres variables: el comportamiento del mercado interno, que hasta ahora viene heterogéneo con la industria y la construcción liderando; la economía brasileña (que está saliendo de la recesión) y el precio de la soja.

Al margen de cualquier escenario probable o pretendido, el 2021 no será un año sencillo. Y los siguientes tampoco. Ubicándola en contexto, toda América Latina la tendrá muy difícil porque, según Cepal, el financiamiento internacional será escaso.

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